Vaca Muerta como zona de contrastes para el MPN

Vaca Muerta es ese terreno del contraste, la gran suma de posibilidades y realidades que suelen darse de frente con límites estructurales y de coyunturas particulares. La macroeconomía es uno de esos límites. Las obras de transporte, sus demoras, son otro de esos elementos estructurales. La semana que termina dejó un par de postales para esas contradicciones entre lo real, lo posible, lo del momento y lo del futuro.

Dos nuevas concesiones no convencionales redondean el número total en 45 ya otorgadas por el gobierno neuquino. Pluspetrol iniciará dos nuevos pilotos para sumar activos en la ventana de petróleo que sostiene el crecimiento de los indicadores de producción en Argentina. 

La mayoría de las productoras hicieron los deberes durante la última década. Sobre todo en ese momento de crisis y transición al nuevo salto signado por la pandemia: la mejora en la ecuación de costos (que atenúa el impacto de los límites del precio interno y permite lidiar con coyunturas a la baja del crudo) hoy se da con un escenario excepcional de precios en el mundo. 

La pospandemia que iba a llegar con aceleración económica, ahora puesta en duda, hoy suma un aliciente de precios en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania-OTAN. Las empresas que pueden salir al exterior desde Vaca Muerta lo capitalizan, como esta semana, con unos 115 dólares de precio del Brent menos retenciones y cargos de transporte. Dos de cada 10 barriles de Neuquén pueden jugar en este escenario. Por ahora, con las restricciones del bombeo hacia el Atlántico. Sin embargo, los activos en crudo siguen con su poder de atracción.  

En paralelo, por contexto y por política, el gobierno neuquino se ocupó de los contrastes. El gobernador Omar Gutiérrez sumó datos para leer el escenario en medio del anuncio de las dos nuevas licencias otorgadas. Volvió a reclamar obras de infraestructura, gasoductos y oleoductos troncales. Recurrió a cierta ostentación de la velocidad, en medio del letargo de licitaciones nacionales que se remonta a, cuando menos, noviembre del 2021. “Somos la primera provincia en autorizar el estudio de impacto ambiental para el gasoducto” Néstor Kirchner, dijo, como poniendo los ojos en lo que hace ENARSA, la empresa del Estado a la que le resta otorgar la segunda concesión de la obra para la construcción del tendido entre Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (Buenos Aires).

Es como si Neuquén dijera: estamos haciendo nuestra parte del trabajo. Siguen creciendo los valores de producción mes tras mes, y se otorgan nuevos permisos para apuntalar el proceso de crecimiento. Restan los caños que saquen las dudas en el futuro de corto plazo. Por supuesto, en eso también tienen que ver parte de las condiciones que estableció la secretaría de Energía. Pero no es lo que queda en la superficie puertas adentro de la provincia.

En medio del proselitismo en el que se encuentra embarcado, es el camino que viene marcando el gobierno provincial desde principios de este año. La hoja de ruta implica pasar de los 270 mil barriles de crudo de mayo a unos 300 mil hacia el final del 2022. 

Gutiérrez también volvió a reiterar la necesidad de ampliar la concesión del sistema de transporte de Oleoductos del Valle (Oldelval). Reclamó una pronta definición de la extensión del contrato de la principal transportista del petróleo de Vaca Muerta: su permiso vence en 2028 y el gobierno provincial dice ante cuanta platea se encuentre que para seguir creciendo hay que garantizar un plazo adicional para que la firma recupere la inversión que le demandará duplicar la actual capacidad de bombeo. Las razones de caja, que son las que suelen apremiar a la política, juegan para los dos lados: un proceso de exportaciones afianzado impactaría en la economía neuquina vía mayor actividad y regalías a la vez que permitiría el ingreso de esos dólares adicionales de exportaciones cuya escasez hoy hace colapsar el margen de maniobra del gobierno nacional y el Banco Central de la República Argentina.

Hay una suerte de plan complementario al anterior: la salida de petróleo hacia Chile tuvo novedades esta semana, como lo adelantó este medio: comenzó la carga de agua del Oleoducto Trasandino (pruebas sobre la integridad estructural), que podría transportar hasta 100 mil barriles diarios de producción hacia el Pacífico. La mirada más conservadora sobre su entrada en funcionamiento impone como punto inicial el primer trimestre del 2023.

Para el partido de gobierno, lanzado a posicionar un nuevo candidato como está, el contraste de todo lo anterior también es una forma de campaña por otros medios. Al menos, por momentos, se asemeja al plano institucional del juego de las diferencias: la supuesta velocidad de la gestión en Neuquén respecto del lugar del Mal en el que coloca a la administración nacional. En este caso le toca al gobierno del FdT. Pero en rigor su crítica es más amplia, en pleno apogeo del discurso ya señalado en esta columna: el de “Federalismo versus Centralismo”, un hilo argumentativo que crece de la mano de las dudas que imponen el escenario económico y político nacional.

En medio de una demora exasperante del gasoducto Néstor Kirchner, el presidente Alberto Fernández volvió a diagnosticar lo tantas veces planteado a uno y otro lado de la grieta. Al regreso de su periplo europeo, dijo: “Tenemos la gran oportunidad de venderle energía al mundo”.

El MPN oficial, Cambiemos y la saga de la lapicera 

En el reverso de la gestión del gobierno neuquino, la campaña entra en fase de aceleración. El vicegobernador Marcos Koopmann transita siete días con actos en el interior de la provincia, para terminar el viernes próximo con uno en conjunto con el intendente de Neuquén Mariano Gaido. Se espera que el jefe comunal lance su candidatura para otro período del gobierno.

El raid emepenista también es una imposición de condiciones respecto del camino electoral: como para que no queden dudas de con quién deberá medirse un eventual postulante en la interna del MPN. La suma del gobierno provincial, más el de la capital (el municipio con mayores recursos) y de buena parte de los intendentes del interior, delimita una estructura de acuerdos que plantea parte de esas reglas del juego. Es decir, con qué recursos debería entrar a esa mesa de discusión un contrincante que quisiera torcerle el brazo al oficialismo.

Por ahora, el único que sigue en camino es Rolando Figueroa, el diputado nacional que le asestó un traspié al sector Azul en las PASO del año 2021. Ayer volvió a acentuar el matiz de su discurso en el que marca las diferencias dentro del MPN. “¿Por qué en una provincia rica hay gente que la pasa mal?”, dijo en un encuentro con militantes en Plaza Huincul.

Como sea, el MPN está lanzado dentro de una dinámica que, en rigor, se remonta al escenario electoral del año pasado.

El espacio de Juntos por el Cambio muestra a tres candidatos con intenciones de dar esa pelea por la gobernación. El último de ellos, Jorge Taylor, un ex diputado provincial, que desde el sur de la provincia, en San Martín de los Andes, irrumpió en el último mes más claramente, anunciando que buscará dar la pelea interna.

Francisco Sánchez, diputado nacional de JxC, es otro de los que buscará inscribirse en la línea de largada. El radical Pablo Cervi, diputado nacional, es parte de esa suerte de reconfiguración de liderazgos que caracterizan el espacio de Cambiemos, un dilema desatado luego del fallecimiento de Horacio “Pechi” Quiroga. 

Todos son la contraparte local de esas tensiones en espejo que se desprenden de la carrera presidencial del mismo espacio. El contraste, de todos modos, no deja de ser notorio entre las expresiones nacionales y el nivel de movilización del partido neuquino. 

Es verdad: el MPN tiene dos internas este año. La primera de ellas, renovará autoridades y ungirá como presidente del partido al gobernador Omar Gutiérrez por un período más. También Jorge Sapag quedará en como presidente de la Convención partidaria. Es como si proliferaran los motivos para movilizar militantes, partidarios y la planta política del Estado, en medio de la transición de crisis política y económica nacionales que alimentan también su discurso. 

El FdT, en Neuquén, parece tener solo margen para la espera de la resolución del cuadro nacional. Los eventuales candidatos sufren como nadie el contexto crítico del país. Pero sobre todo, las diferencias expuestas a la luz pública entre CFK y Alberto Fernández, que tuvo ayer su momento de peronismo en la sede de la CGT, durante el recuerdo del 48 aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón. “El poder no es tener la lapicera sino tener la capacidad de convenser”, dijo Fernández, retomando el guante de la frase de Cristina el día del centenario de YPF.