¿Donde está la producción convencional que queda en Neuquén?

Con el auge de Vaca Muerta y la producción no convencional de hidrocarburos, apenas queda un 8,73% de crudo convencional y un 17,23% de gas extraído con métodos tradicionales. Es una actividad que operan las mismas grandes compañías del shale neuquino, pero hay otras que están sólo enfocadas en este modelo.

El yacimiento con más producción estrictamente convencional es Chihuido de la Sierra Negra, un histórico bloque a cargo de YPF. Tiene una producción actual de 7.626 barriles por día, de acuerdo a los datos públicos del mes de marzo que difunde la Secretaría de Energía de la Nación.

YPF tiene el segundo yacimiento más importante del petróleo convencional, que es Loma La Lata-Sierra Barrosa con 5.965 barriles por día registrados en marzo último. Este bloque es más conocido por su rol en el gas, ostendando el primer lugar del gas convencional con sus 5,4 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d).

Si nos corremos un poco para hablar de gas convencional, el segundo lugar lo tiene la concesión San Roque, a cargo de TotalEnergies, con un promedio de 2,3 MMm3/d. De este modo, la compañía francesa también está en el podio del convencional con el gas neuquino dado que además tiene uno de los proyectos de shale gas más importantes con Aguada Pichana Este (APE).

El bloque APE de 6,8 MMm3/d de gas no convencional que controla Total también figura en el ranking del gas convencional, con una sumatoria de pozos tradicionales que aportan 1,6 MMm3/d de producción gasífera desde Neuquén.

Volviendo al crudo convencional, Chevron en El Trapial Este obtiene 3200 barriles por día, ubicándose en el tercer lugar. Vuelve YPF para posicionarse en el cuarto lugar del petróleo tradicional con Puesto Hernández y sus 3008 barriles diarios, en tanto que después aparece Entre Lomas de Petrolera Aconcagua con 2697 barriles diarios.

Regresando a la tabla del gas, el cuarto lugar lo tiene Centenario Centro, un yacimiento bajo operación de Pluspetrol, con un promedio de producción de 750 mil metros cúbicos cada día, de acuerdo a los datos proporcionados al mes de marzo.

Otras compañías con menor producción, pero enfocadas exclusivamente al convencional, son la mencionada Petrolera Aconcagua, Oilstone, Petróleos Sudamericanos y Patagonia Energy. Hay casos como el de Capex que apuntan a migrar al no convencional gracias a que obtuvo una concesión shale en Neuquén. Algunas tiene activos en Río Negro, donde el convencional sigue siendo el principal segmento de la industria.

La actividad no convencional está siendo desplazada por la tecnología para explotar las rocas madre, principalmente Vaca Muerta en Neuquén pero también Agrio y Mulichinco (donde hay varios proyectos de tight gas, algunos de ellos a cargo de Pampa Energía).

Tecnología de punta, instalaciones 0 Km y el fracking son las tendencias en la industria neuquina, que busca emular y emparejarse con la de Estados Unidos. En el Argentina Shale Day, realizado en septiembre del año pasado en Houston, un informe fue muy comentado dado que indicaba que Vaca Muerta fue la formación de shale oil que más creció en términos porcentuales y la segunda de shale gas, detrás de la estadounidense Haynesville.

No obstante, el convencional tiene su potencial con la recuperación mejorada de petróleo. Uno de esos métodos es la recuperación secundaria, que consiste en la inyección de agua de formación para "lavar" los reservorios, y otra es la recuperación terciaria con polímeros como la técnica más extendida en el país.

Es justamente la recuperación con polímeros lo que está teniendo casos de éxito en las provincias de Chubut y Santa Cruz, con yacimientos como Manantiales Behr, pero que también va introduciéndose de a poco en Neuquén y Mendoza -este último distrito cuenta con campos maduros y crudo pesado-.

Sin embargo, la realidad marcha que Neuquén pronto será una provincia casi en su totalidad "shale", tanto en petróleo como en gas, con algunos pocos bastiones del segmento convencional que acompañarán la transición hacia una industria con un predominio del no convencional.