Panorama político de Vaca Muerta

Regalías: la otra historia de Neuquén, la política y Vaca Muerta

Los ingresos por hidrocarburos treparán al 40% en el presupuesto 2023. Es la contracara de la puja política camino a las elecciones provinciales.

 Regalías: la otra historia de Neuquén, la política y Vaca Muerta
Omar Gutiérrez durante la presentación de los números del presupuesto.
Omar Gutiérrez durante la presentación de los números del presupuesto.

Los datos del presupuesto provincial de Neuquén proponen una perspectiva más clara de lo que también se pone en juego en las elecciones del 2023. Los números de las regalías son elocuentes. Y dan cuenta de un salto de paradigma. La historia vuelve a escena una y otra vez, como el relato de una catástrofe posible que Neuquén logró esquivar. Y que al mismo tiempo toma la forma de una realidad incontrastable, que es parte del principal camino para el despegue del país.

Al final de la primera década de los 2000, el gobierno provincial de Jorge Sapag hacía malabares para pagar el aguinaldo a los estatales. La presión constante de la deuda en dólares, y la caída de producción y regalías de la era convencional, eran poco menos que la antesala de una pesadilla para la provincia. La necesidad fue el punto de inicio de la era no convencional. Es conocido: un viaje del ex gobernador a Canadá, otro de los hitos del shale a nivel mundial, actuó de chispazo. Era extraño: un mandatario provincial hablaba ante un auditorio de no iniciados acerca del desarrollo de este tipo de recursos. El azoramiento por la falta de comprensión de tamaño tecnicismo era parte del cerrojo que había que abrir para entender todo el potencial de la roca, Vaca Muerta, que habilitaba un halo esperanzador para eludir el abismo económico. Sucedió: una década después, no solo el país sino que el mundo ponen los ojos en los no convencionales neuquinos.

Es la misma década en la que Neuquén, por momentos, ofreció de modo persistente algunos de los principales indicadores de crecimiento del país. Hoy Vaca Muerta es una suerte de garantía para la demanda doméstica de hidrocarburos y depositaria de los proyectos que, llegado el caso, podrían contribuir a paliar la crisis global de suministros de gas. Pero al mismo tiempo Neuquén suma esos problemas cíclicos de sus constantes olas migratorias. Es un buen desafío al que hacer frente con los crecientes recursos que tendrá en el 2023.

Los datos son contundentes respecto del rol central del shale. El gobernador Omar Gutiérrez adelantó parte de la hoja de ruta económica de la provincia para el año que viene. Neuquén estima que contará con 799 mil millones de pesos, con un salto de casi el 145% respecto de los recursos aprobados en el presupuesto del corriente año, que llegó a los 322.000 millones de pesos. Está claro que el desfase inflacionario y la mayor recaudación impulsada por esa inercia hacen lo suyo para alimentar los recursos. Pero también está claro que la mayor producción de hidrocarburos, el sendero de precios y la expansión proyectada, plantean un nuevo escenario respecto de los fondos que llegan del petróleo. En el 2023, Neuquén tendrá el 40% de sus ingresos provenientes de las regalías, según lo que anticipa el gobierno provincial.

La participación en el 2021 era del 29,9%; el año pasado de acuerdo al proyecto de presupuesto arribarían al 31,3%, para dar un salto de magnitud el año próximo, trepando a los 297.018 millones de pesos (el mencionado 39% dentro del presupuesto).

La provincia espera llegar a su máxima producción histórica de petróleo en el 2023. Alcanzaría un promedio de 316.500 barriles diarios. Sin embargo, en diciembre espera que sea de unos 350 mil barriles diarios en promedio. Nunca antes se produjo tanto crudo en Neuquén, y ese escenario solo se puede pensar gracias a los fantásticos rendimientos de los pozos shale de Vaca Muerta, a la posible expansión hacia Chile a través del Oleoducto Trasandino; y también por las ampliaciones del oleoducto administrado por Oldelval y las cuotas crecientes de demanda que los no convencionales obtienen ante el declino del resto de los pozos productores del país. Esto, claro, en un contexto de precios disparados a nivel mundial, que le imponen al país la necesidad de acelerar su producción todo lo que pueda para evitar los altos precios mundiales del GNL, y que ofrecen buenos márgenes de ganancia para el grueso de la producción no convencional.

En materia de gas, otro tanto: los 77,2 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) que se llevan registrados en este año como producción promedio, dan paso a una proyección de producción que según el gobierno alcanzará los 84,7 MMm3/d. En este caso, se trata del abastecimiento de la demanda interna, más las oportunidades de exportación de excedentes hacia Chile, tal como ocurre en la actualidad. Neuquén espera una leve suba de exportaciones de crudo, con un salto del actual 20% al 22% de su producción total saliendo hacia puertos del mundo.

El de las exportaciones es parte de los capítulos más jugosos entre los dedicados a los recursos para la recaudación provincial: se trata del crudo que elude en el exterior el anclaje de precios local, percibiendo un mayor margen por cada barril colocado, en el actual cuadro de situación de precios elevados del Brent, el petróleo de referencia para los bloques de Vaca Muerta.

La provincia también espera que su Fondo de Estabilización y Desarrollo, compuesto por el 50% de las regalías petroleras de exportaciones, pasará a unos 18 mil millones de pesos, multiplicando por seis el cálculo de ese fondo para el actual año.

Las estimaciones, como en todos los presupuestos, suelen ser a la baja, con previsiones conservadoras. Las obras de infraestructura en marcha y las posibilidades de interconexión para alcanzar mayores segmentos de consumidores domésticos, y las oportunidades que ofrecen en el corto plazo mercados mundiales, son todo un aliciente al alza para los recursos que en los años subsiguientes podría administrar Neuquén.

Lo que hace volver un poco la mirada a la esfera política y explica en parte esa nueva instancia de cómo se observa la situación desde Buenos Aires: el actual momento es ese en el que referentes de las fuerzas nacionales pasan de explicar en sus redes sociales el rol estratégico de Vaca Muerta a ver cómo hacen para acceder a administrar estos recursos. La vía de máxima es lograrlo con un candidato propio. Pero, como se viene contando en esta columna, la constitución de un frente con candidatos locales de esas fuerzas, con expresiones a uno y otro lado de la grieta, sería otra opción para lograr esta vez desbancar a un MPN que hace 60 años se mantiene en el poder.

La forma de administrar los recursos con los que contará la provincia, al mismo tiempo, se vuelve parte del argumento para la crítica de sectores de la oposición (otra vez: a uno y otro lado de la grieta) que cuestionan la distribución de la riqueza en la provincia de Neuquén. Es un análisis que por momentos desvía la atención y circunscribe ese fenómeno de inequidad a una raíz autóctona, como si la inflación y la creciente desigualdad a nivel nacional no tuvieran nada que ver con la proliferación de nuevas familias que llegan a la provincia y que de inmediato comprenden que aquella quimera de encontrar un trabajo en Vaca Muerta no es tan sencilla de cumplir. Lo siguiente suele ser la creciente deuda social de miles de personas en busca de un techo, un hospital o una escuela. Neuquén debiera procurar una optimización del manejo de sus recursos, porque el ranking de la pobreza en la Patagonia en cuya cúspide hoy se instala con el 37,2% es estruendoso, pero al mismo tiempo no se explicaría sin el resto el contexto nacional.

 

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