Panorama político de Vaca Muerta

El tándem Massa-MPN como forma de no perder el tren 

El ministro de Economía se sube a la plataforma de Vaca Muerta, esa usina de dólares y buenas noticias. El gobierno provincial eleva la apuesta e impulsa un plan al 2030.

 El tándem Massa-MPN como forma de no perder el tren 
Gutiérrez y Massa en la AOG Patagonia 2022.
Gutiérrez y Massa en la AOG Patagonia 2022.

Sergio Massa, ese ministro de Economía que habla como presidente, se subió al tren de Vaca Muerta de un modo notable. Si todo lo que dijo hubiese sido parte de una partitura, podría decirse que lo que interpretó en la AOG Patagonia 2022 intentó ser música para los oídos de los principales referentes del sector petrolero que se congregaron por tres días en Neuquén, la antesala de Vaca Muerta. 

Está claro que no lo era, y sus palabras fueron una suerte de confirmación de lo que se esperaba: entablar de modo público una relación repleta de posibilidades a la que le falta ni más ni menos que los hechos. Es lo que se desprende de las primeras reacciones de los CEO y empresarios del sector, que avalaron de modo lógico lo que ya venían reclamando y que esperan conocer la letra chica del acceso a las divisas.

Está ese plano protocolar de sus pronunciamientos, entre la mesura y la convalidación, propio de directivos de multinacionales y de grandes empresas del país, que siguen en modo alerta por la complejidad del momento político y económico, un camino que se profundizó desde, al menos, 2018.

Los cerca de cuatro meses y medio que se impone como plazo el ministro para liberar el acceso al divisas a las empresas que aceleren en su curva de producción son un camino repleto de desafíos. El marco flexibilizado para las petroleras funcionaría desde el 1 de enero del 2023. 

Massa traza una hoja de ruta, un entendimiento de qué se necesita para apuntalar el crecimiento de la producción, que es un capital sustancial y un ahorro de tiempo. Queda ver cómo su gestión sortea el campo minado del descreimiento, las pujas internas, y la escasez de divisas para finalmente cumplir con eso que el propio gobierno provincial de Omar Gutiérrez define como “histórico y no espejitos de colores”.

Una vez más Neuquén fue una fantástica plataforma para las buenas noticias. Probablemente Massa no encuentre en el país un mejor escenario para mirar por encima de la megacrisis que se propone reencauzar y al mismo tiempo convertirse en aspirante a la presidencia.

Puede que tampoco encuentre mejores socios políticos para Vaca Muerta: Como se dijo en esta columna hace 15 días, hay un tándem Massa-MPN que viene funcionando no tan subterráneamente y que se expresa públicamente sin tapujos ni prejuicios. Esta semana hubo un nivel superior de esa relación. 

Hace años que los gobiernos del MPN acometen la misión de decirles a las administraciones nacionales lo que se necesita para un despegue de escala en Vaca Muerta. De hecho Massa también lo sabe: “Precio, plazo y divisas”, es el mantra que el ministro de Economía repite junto al gobernador en un video que tiene dos años, un momento en el que Gutiérrez buscaba poner en escena lo que se necesitaba para incrementar las inversiones, para no ir a contramano de los gigantescos recursos shale.

Es lo que podría comenzar a plasmarse si Nación cumple con su parte del asunto: los 35 años de las concesiones que otorga Neuquén, más el precio del gas y el petróleo (hoy con un empuje adicional para las exportaciones) y el acceso a los dólares.

Pero hay más: “Me lo llevo como asesor”, dijo Massa sobre el ex gobernador Jorge Sapag, a quien proponía como presidente de YPF y a quien menciona como el político que más sabe de petróleo en Argentina. Se los ve en un video fundirse en un abrazo al pie del avión que lo trajo a Massa a Neuquén. Luego completó: “va a ser un hombre de consulta permanente”, algo que el neuquino aseguró que será de forma virtual, a modo de contribución con lo que pueda necesitar de él este momento del país.

Y hay un contexto necesario para destacar por qué esto puede ser importante: la historia de Vaca Muerta tampoco se explicaría sin el rol central de los sucesivos gobiernos del MPN que, en los años que van del 2007 al 2011 hablaban de los no convencionales, una tecnología que no existía en el país, como una vía para ir a buscar recursos en medio del declino de los pozos convencionales, algo que impactaba de lleno en la caja de la provincia por la caída de las regalías de petróleo y gas. Es un partido que desde hace décadas tiene un aceitado mecanismo de línea directa con Houston, esa ciudad que muchos definen como la capital mundial del petróleo. Sabe, en buena medida, qué funciona y qué no funciona en términos de decisiones.

Está claro que con eso no alcanzará. Y que el nuevo ministro tiene el desafío de romper con el letargo de indefiniciones estructurales en los grandes temas del sector. Pareciera empezar a hacerlo.

El lado neuquino de la historia de esta semana también es rico para el análisis. Hasta este momento el MPN se encontraba embarcado en el juego de las diferencias con Nación. Al menos, con esa versión del gobierno previa al arribo de Massa a Economía. En plan proselitista, la crisis del FdT le dejaba servida en bandeja la crítica de la peor versión de la administración nacional, con capítulos cotidianos de su interna feroz, la inflación, y el recurso al diagnóstico constante de funcionarios que estaban y están para decidir. 

Hay un matiz Massa, por supuesto. Por ahora el ministro asume en el cargo con cierta indemnidad respecto de las peores versiones del FdT. El MPN no explica demasiado e instala arriba de un escenario que la relación, simplemente, será así. Por eso pasa de las críticas al centralismo a entregarle en mano al ministro un proyecto de cómo incrementar la producción no convencional de crudo hasta los 700.000 barriles diarios en ocho años. Es otra forma de explicar por dónde pasa la toma de decisiones en la coalición nacional. 

También es verdad: nunca antes un ministro de Economía se había subido a la plataforma de los recursos de Vaca Muerta de un modo tan contundente, trazando una posible línea de crecimiento para el futuro, en un contexto de incertidumbre mundial sin plazo de caducidad, con la energía como vector de guerras actuales, pujas geopolíticas que se leen en clave de futuro, y oportunidades históricas para países que cuentan con estos recursos. Todo esto convive con el modo superviviente de un ministro que necesita de esos dólares para sacar de la debacle al país.

El MPN asume el riesgo de quedar pegado, si en el camino algo sale mal, porque bien vale el premio que es demasiado grande: transformar buena parte de la economía del país, asistir a un impacto local que nunca antes se vio. Una historia que, en el 2030, a 20 años desde los primeros pozos de Vaca Muerta, podría sonar como un idílico final feliz. Sería no dejar pasar la chance de tomar ese tren que a veces parece que está por seguir de largo.

 

Te puede interesar
Últimas noticias