Panorama político de Vaca Muerta

YPF, la tregua y el gasoducto

Los 100 años de YPF y el reencuentro de Cristina y Alberto estuvieron signados por la última historia macroeconómica y las chances para salir del atolladero de la restricción externa.

 YPF, la tregua y el gasoducto
Cristina y Alberto, en los 100 años de YPF.
Cristina y Alberto, en los 100 años de YPF.

Por un instante, dejaron las fuertes diferencias de los últimos tres meses. La fecha lo ameritaba. Ese brazo del Estado que también es YPF, cumplía 100 años. Cada uno a su modo, los dos pusieron de relieve la importancia estructural para el país que tiene la petrolera. Una de esas extrañas coincidencias públicas, si se toma como parámetro los cruces en los medios entre uno y otro sector del gobierno. 

Un hilo conductor acentuó el guión no escrito de la jornada. Un núcleo de coincidencias, con los matices del caso, trajo a colación una y otra vez el enorme peso del frente externo. Casi por contexto, al menos ayer, hablar de YPF fue hablar de una suerte de memoria macroeconómica del país. Del ciclo de deudas, de “ilusión y desencanto” y de llaves para salir del atolladero.

Se sabe: la potencia de Vaca Muerta, que incluso en medio de la cruenta crisis económica exporta y expande sus niveles de producción como nunca.

“Recuperamos YPF y además le pagamos el corralito a la Alianza”, sostuvo la vicepresidenta Cristina Fernández antes de pedir que se proyectara el famoso video en el que Nicolás Dujovne, ex ministro de Economía de Mauricio Macri, critica la baja incidencia de la deuda en relación al PBI que recibió el gobierno de Cambiemos.

Otra frase entre la memoria, la macro y la actualidad: “De cosas como estas se trata la política. No estaríamos festejando acá, si no hubiéramos recuperado YPF tras su nacionalización”, dijo Cristina en medio de críticas a la gestión de Repsol, por el declino de la producción en el primer kirchnerismo, la caída de la inversión y los giros de remesas al exterior, todo junto.

La vice también dijo una de esas frases que suelen sumar cierto escozor en las filas del MPN, el partido del gobierno en Neuquén: “Es indescriptible la sensación y los sentimientos que uno experimenta cuando siente que ha cumplido con un deber y yo siento que cumplí con el deber de devolver a los argentinos, YPF y Vaca Muerta”. A renglón seguido, le pidió al presidente Alberto Fernández que “use la lapicera” para administrar tensiones sociales en “favor de las grandes mayorías”. 

A su turno, Fernández también ponderó el rol de la petrolera en la vida económica y social del país. Y caracterizó la situación de la empresa durante el gobierno de Macri.

"Entre 2015 y 2019 YPF fue cediendo su espacio en el mercado en favor de otros; cayó casi la mitad de la inversión que se hacía para explotar esos yacimientos y lo único que creció en YPF fue la deuda; en estos tiempos en que la antipolítica crece sin esfuerzo hay que recordar que quienes machacan sobre el desánimo hicieron esas cosas", expresó.

Habló de posibles hambrunas en el mundo producto de la guerra, de acuerdo a lo que recopiló en su raid de encuentros con mandatarios del viejo continente. Y también de las oportunidades que ofrece ese mismo mundo para la energía y el gas argentinos.

“Todos en Europa conocen Vaca Muerta y su potencial, y me dijeron: tenemos que sacar ese gas para traerlo y regasificarlo”. Al vincular las necesidades de alimentos y energía a nivel mundial a la salida de la guerra entre Rusia y Ucrania-OTAN, afirmó: “Tenemos que estar preparado para ser los proveedores. Y tenemos que ir construyendo la infraestructura para que eso ocurra”.

Entre los aplausos del final, el auditorio de Tecnópolis parecía cruzado por los signos de interrogación sobre esa foto del acercamiento y posibles reediciones que, ante todo, tengan un correlato en el plano de la gestión. 

 

Junio, el mes del gasoducto Néstor Kirchner

Lugo de casi un mes de demora (por tomar las últimas fechas preanunciadas), Enarsa anunció la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, otra clave para medir la macroeconomía del corto a mediano plazo. Se conoció casi en simultáneo con el acto de Tecnópolis. (Por algún motivo, ese anuncio de la licitación de la obra quedó fuera de los festejos del centenario: ¿habrá sido solo para no correr de escena la celabración?)

“El proceso licitatorio prevé su culminación durante el mes de agosto de 2022, cumpliendo así con los cronogramas originalmente establecidos”, dice el comunicado donde la empresa dio a conocer la licitación pública. 

Ahora corre el reloj para saber si de algún modo el país podría tener hacia el próximo invierno la obra culminada. La demora y la falta de explicaciones oficiales siembran dudas sobre los plazos de concreción. El gobierno, Enarsa y la secretaría de Energía, habían dicho que ese tendido se licitaba en varios momentos del mes pasado, de acuerdo a la declaración del funcionario que se tome.

Como sea, y en sintonía con todo lo otro del día, en esta obra hay una clave para los dólares del BCRA. Lo que equivale a medir si el país podrá ahorrarse miles de millones de dólares en el 2023 en compras de GNL, en un momento que coincidirá con la recta final hacia las próximas elecciones presidenciales. 

 

La costosa quimera del GNL

Tal como lo informó Mejor Energía, Pablo González, el presidente de YPF, le puso números a una de las llaves para atenuar la cruenta crisis económica del país. Dijo que hacer una planta de GNL le costaría a la Argentina unos 11.500 millones de dólares. También sostuvo que YPF dialoga con posibles inversionistas. Y que evalúa cuatro locaciones en la provincia de Buenos Aires para poder, llegado el caso, construir una planta de licuefacción. Esto es: licuar el gas de Vaca Muerta en una zona portuaria de esa provincia para luego regasificarlo, embarcarlo y enviarlo a puertos de destino. 

El tipo de destino que hoy demanda ese gas, cuyo precio vuela a partir de las sanciones a Rusia. Así Argentina completaría el proceso inverso al actual, ese en el que el país hoy se desangra en dólares comprando GNL cinco veces más caro que lo que se paga internamente. Como sea, el país, la mala situación de millones de argentinos, y las alternativas de desarrollo, necesitan que esa historia continúe. 

 

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