Panorama político de Vaca Muerta

Vaca Muerta 2023: las elecciones, la transición política y el crecimiento

El martes Gutiérrez anuncia la fecha de las elecciones provinciales, clave de un año con tensiones por la coyuntura política y económica nacional.

Vaca Muerta 2023: las elecciones, la transición política y el crecimiento
Una locación en Vaca Muerta. La formación no convencional tuvo un año de pleno crecimiento.
Una locación en Vaca Muerta. La formación no convencional tuvo un año de pleno crecimiento.

El primer martes del 2023 se develará parte de la incógnita política por estas horas en la provincia de Neuquén: ese día el gobernador Omar Gutiérrez anunciará la fecha de las elecciones. Así marcará el inicio de la recta final de su último mandato. Totalizará ocho años, luego de asumir en el 2015, momento en el que a pasos acelerados pasó de convertirse en un técnico a gestionar la provincia y ser el principal promotor de las virtudes de Vaca Muerta. “Es el juego en el que se siente mejor”, opina un alto directivo de una firma con bloques no convencionales, un poco avizorando el posible rol que el también presidente del MPN podría tener en los próximos años, una vez que concluya su rol como gobernador. 

Dicen en su círculo íntimo que hay tres fechas posibles para las elecciones: el 26 de marzo, el 16 de abril y el 14 de mayo. 

Gutiérrez había mencionado el mes pasado que el día del comicio provincial se conocería en diciembre. Sin embargo, decidió postergarlo un puñado de días. De las tres fechas mencionadas más arriba, las dos últimas serían las que tienen más chances. En la oposición afirman que el partido provincial ampliará los márgenes de una campaña de por sí extensa, para seguir posicionando a su postulante, que según el oficialismo, tiene un crecimiento sostenido en las encuestas.

Marcos Koopmann, ese candidato que aprovecha la profundidad de la grieta nacional, y el pasado y el presente de los partidos que fueron y son gobierno, para volver a colocar en primer plano ciertas virtudes de Neuquén en los últimos diez años: ese faro para miles de habitantes, con desigualdades en el reparto del ingreso, que de todos modos se las ingenia para mostrarle al país que la opción Vaca Muerta es de lo mejor que tiene Argentina para salir a la profunda crisis económica que la aqueja. 

(Por lo demás, la disputa por los recursos federales coparticipables entre la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno de Alberto Fernández es un capital para el MPN que tiene un argumento más para agudizar la crítica y diferenciarse localmente del FdT y Juntos por el Cambio.)

La transición en Neuquén entra en el 2023 con una suerte de velocidad crucero de la política, que es la de los últimos meses: por un lado, el MPN y su aceleración de casi un año de proselitismo iniciado a la salida de las PASO y las generales del 2021, ahora junto al gremio de los Petroleros Privados, ese bastión de recursos y votos integrado al oficialismo; por el otro: Juntos por el Cambio, con Pablo Cervi y Jorge Taylor demorando un acuerdo que ya casi es realidad; Rolando Figueroa, el díscolo del partido provincial que va por afuera, sumando sectores de Juntos  y el Frente de Todos; y el PJ, debatiéndose entre respaldos del parrillismo a Ramón Rioseco, y postergando hasta el paroxismo una irrupción más protagónica que le permitiría reforzar una candidatura en el test electoral neuquino. 

Es el terreno de la disputa local, que, como suele suceder (acaso en el 2023 ocurrirá como nunca antes), quedará cruzado por la injerencia de las fuerzas nacionales que buscarán terciar desde Buenos Aires. El botín es ese que se puso en valor en tantas selfies de funcionarios y candidatos de las dos coaliciones nacionales preponderantes. A esta altura, es casi de rigor llegar desde Capital Federal a tal o cual bloque no convencional para tomarse una foto y decirle al mundo lo que habría que hacer con el shale; distinto es que esos referentes políticos encuentren margen para construir desde la diferencia, una de las materias pendientes de la política argentina.

Como telón de fondo de la participación nacional en el mundo shale, cabe señalar, a la hora de los balances, que este año el gobierno provincial encontró coincidencias, líneas de trabajo y resultados, que sería deseable sostener: después de todo Jorge Sapag, Omar Gutiérrez y Sergio Massa sellaron un acuerdo sobre el escenario del capítulo neuquino o de la AOG2022, con ese plan carpeta en mano hacia el 2030 en el que Neuquén traza un itinerario deseable para la expansión del gas y el crudo, con las obras de infraestructura necesarias, subrayando lo que suma y alertando sobre lo que no funciona.

Hacia el último día del año (que es un día más en una década rápida de cambios en la industria petrolera), se hace más claro que nunca que hay un camino trazado, que los resultados que consiguieron las operadoras del mundo no convencional y un puñado de ingenieros, le abren al país una de sus pocas puertas disponibles para el desarrollo posible, en medio de las ataduras económicas que devienen del colosal proceso de endeudamiento; después de todo, la seguidilla de récords de producción, de etapas de fractura, de las extensas ramas laterales de los pozos y sus rendimientos top del mundo, son eso, una puerta posible, un camino para agregar valor, crear nuevas industrias y fuentes de riqueza, todo eso que de a ratos parece tan cerca y de a ratos tan lejos, casi al mismo tiempo. Será un año así, con ambigüedades, con posibilidades que podrían comenzar a afianzarse, y con el desafío eterno de la política que rinde examen consigo misma.

Te puede interesar
Últimas noticias