La salida del petróleo a Chile

El Oleoducto Trasandino podría cargar crudo en diciembre

En el gobierno neuquino creen que los trabajos que ya están en marcha permitirán dejar operativo el tendido antes de fin de año.

El Oleoducto Trasandino podría cargar crudo en diciembre
La planta de tratamiento de crudo de Loma Campana (shale oil, Vaca Muerta).
La planta de tratamiento de crudo de Loma Campana (shale oil, Vaca Muerta).

 

 

El Oleoducto Trasandino S.A (Otasa) podría estar en condiciones de cargar crudo en la segunda quincena de diciembre, cuando se estima culminen los trabajos de mantenimiento y adecuación que le permitan volver a estar operativo tras el cierre del flujo en 2006, informaron fuentes de la gobernación de Neuquén.

La recuperación de esta infraestructura resultará estratégica para poder mantener el crecimiento productivo de Vaca Muerta, en un año que se están rompiendo récords de producción de la formación, y descomprimir la demanda sobre el transporte de Oldelval que conecta la cuenca neuquina con Puerto Rosales, en la zona de Bahía Blanca.

La traza de la cañería de 16” se extiende a lo largo de 425 kilómetros desde Puesto Hernández a 700 metros de altura, trepa hasta casi 2.000 metros para cruzar la Cordillera y luego desciende hasta la Refinería Bío Bío de la empresa de energía chilena ENAP, sin uso desde que se produjo la falta de excedentes exportables en Neuquén.

Los trabajos para rehabilitar el Oleoducto Trasandino incluyen el mantenimiento sobre las plantas de bombeo de Puesto Hernández, Pampa de Tril y La Primavera y una exhaustiva verificación del estado de la integridad de la cañería para poder reanudar el bombeo de petróleo.

Las fuentes consultadas aseguraron que el caño va a estar disponible a fines de diciembre, de acuerdo a la marcha de los trabajos, y para habilitarlo se necesita la producción, cerrar los contratos comerciales entre las productoras con el único comprador que sería Enap, tratativas que actualmente están en pleno desarrollo a la luz de los compromisos asumidos por los dos gobiernos nacionales para rehabilitar el ducto.

Tal como ocurrió en 2019 con otras gestiones en ambas naciones, a comienzos de abril los presidentes Alberto Fernández y Gabriel Boric coincidieron en que resulta prioritario fortalecer la integración energética, especialmente la comercialización de gas natural, de GNL y la rehabilitación del oleoducto Trasandino, para la conformación de polos de especialización productiva, en el marco del fortalecimiento de la relación estratégica. 

Otasa -una sociedad creada en 1992 que es controlada por A&C Pipeline Holding Company, cuyos accionistas son Enap (36,25%), YPF (36%) y Unocal Argentina (27,75%)- firmó oportunamente con Oldelval un contrato para la inspección, adecuación y puesta en servicio del ducto, aunque las tareas se vieron retrasadas por las restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus. En la medida que esa capacidad de transporte se ponga en funcionamiento permitirá evacuar hasta unos 115.000 barriles diarios, que es lo máximo histórico que transportó.

La Argentina volvería así a ser proveedor de crudo al vecino país, el que hoy debe comprar mayoritariamente a Brasil y a Ecuador.

En una segunda etapa, se prevé exportar el petróleo neuquino a través de puerto chileno de Concepción, para lo cual Enap tiene que tomar a su cargo la construcción de un ducto que conecte la refinerías con la terminal. Si bien se trata de una obra de 5 kilómetros de extensión, presenta el desafío de tener que atravesar una zona urbana.

El ducto troncal transnacional necesita un cupo mínimo de 50.000 barriles para quedar operativo, y para hacer las pruebas de funcionamiento del caño se transportará agua proveniente de los ríos Lileo, Curi Leuvú y Neuquén, y del arroyo Tril.

La rehabilitación complementará las obras de ampliación inauguradas el mes pasado del sistema de Oldelval, que evacúa el shale oil hasta Puerto Rosales, a lo que se sumará el incremento de capacidad de tratamiento de las refinerías de Luján de Cuyo y de Plaza Huincul.

Vaca Muerta en los últimos dos años tuvo un desarrollo muy grande que aceleró la demanda de infraestructura de transporte. Si bien la pandemia afecto mucho las operaciones con momentos de actividad nula, la recuperación posterior llegó con mayor eficiencia y competitividad para dar un salto productivo. Pero desde el gobierno neuquino resaltan que dar un salto aún mayor para convertir al país en exportador neto de energía será necesario contar con inversiones mayores ara pasar de los US$ 4.000 millones de 2021 y los US$ 5.000 millones de este 2022 a cifras, al menos, por encima de los US$ 7.000 millones. 

Esa aceleración productiva no tendrá otra alternativa que contar con nuevos ductos de gas y petróleo, como los planificados gasoducto Néstor Kirchner o la duplicación de capacidad del sistema de Oldelval, siempre en el camino de los al menos 700.000 barriles para la cuenca para finales de la década.

 

 

 

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