Panorama político de Vaca Muerta

Vaca Muerta, tierra prometida en medio del tsunami económico

La mayor marca histórica de producción de gas es un nuevo hito en plena profundización de la crisis. En la política neuquina, el oficialismo del MPN se reafirma en las elecciones internas.

 Vaca Muerta, tierra prometida en medio del tsunami económico
Un equipo perforador sobre la formación Vaca Muerta.
Un equipo perforador sobre la formación Vaca Muerta.

Los datos de junio, una vez más, reafirman el poder de los no convencionales. Por contraste, la foto del momento es también de las más dolorosas. El poderío de la roca que cruza la superficie de Neuquén en un 60% y un puñado de productoras se da de frente con el atolladero político, económico e institucional que experimenta Argentina. Es el paroxismo de las ambigüedades en un territorio que casi por definición es ambiguo: después de todo, hace 10 años que el shale y sus oportunidades tratan de ampliar los márgenes de un complejo contexto mayor. Lo dicho una y otra vez: las condiciones que ofician de escenario para el desempeño de esos pozos que son parte de los mejores del mundo. Sí, nuevo capítulo de esa catarsis: todo lo que es y todo lo que podría ser. 

Conviene, sin embargo, tenerlo en cuenta, también, otra vez. Porque el coqueteo con el abismo viene con la necesidad de botes salvavidas, paracaídas o redes. No hay muchas otras chances desde donde crecer y hallar los dólares para la reconstrucción.

Los 90 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) en promedio de junio tienen ese color de los hitos históricos. Pero también muestran la mueca de hereje que impone la necesidad. Hay que esquivar todo lo que se puedan las compras al exterior y extremar la capacidad de bombeo de los ductos disponibles. Es otra forma de entender la pesadilla cotidiana de la falta de dólares que paraliza sectores productivos, acicatea la especulación política y da forma al minuto a minuto de la explosión de números y conjeturas en modo prime time y último momento.

Ahí está el gas, ahí está el crudo, faltan los caños, faltan los dólares. 

También falta una puerta de salida: solo la política, los acuerdos y un rodeo a las mezquindades pueden volver todo esto parte de un ciclo aún más virtuoso. ¿Será? 

Ocurren otras cosas, también: el contexto y la magnitud de las posibilidades a veces se abren paso pese a los escollos, que de a ratos parecen casi adrede. La integración energética con Chile parece de verdad. (A veces cuesta creerle a un gobierno que hace una suerte de ostentación del diagnóstico para luego precipitarse en las zancadillas autoinflingidas de parte de su composición.)

ENAP, la empresa trasandina, hizo dos movimientos esta semana. Primero dijo que espera tener operativo su tramo del oleoducto trasandino (OTASA) en el primer trimestre del 2023. No deja de ser una muy buena noticia. Como lo adelantó Mejor Energía, del lado neuquino de la traza ya se inyecta agua para las pruebas de integridad que determinarán el estado estructural del oleoducto. La empresa también fue parte de una discusión la semana pasada para comenzar a negociar las extensión de la prórroga de la concesión de ese tendido, en la convocatoria que hizo la secretaría de Energía de la Nación en Neuquén. 

Ahora acaba de firmar un memorando de entendimiento con YPF, a través del cual podría llegar a invertir en Vaca Muerta asociada con la empresa argentina. Después de todo, la palabra entre palabras (“incertidumbre”) se actualiza una y otra vez: uno de los efectos del petróleo de los precios desbocados por la guerra de Rusia y Ucrania-Otan radica en la necesidad de garantizarse cuotas del crudo del mercado mundial y Chile lo sabe. Al mismo tiempo, sus puertos en la región del Biobío son otra posible salida para la producción de los bloques de la Cuenca Neuquina. Ese caño, sus 50.000 barriles de piso técnico inicial para entrar en funcionamiento y los 100.000 de su mejor escenario, son una territorio auspicioso para las petroleras de Vaca Muerta que discurren en una suerte de cuenta regresiva: hacia finales de año podría quedar saturado el sistema de bombeo de Oleoductos del Valle (Oldelval), la principal transportista de petróleo desde Neuquén, empresa que espera la prórroga de su contrato para ampliar su capacidad de bombeo y apuntalar el proceso de salida de shale oil hacia el Atlántico y el interior del país. 

Lo del gasoducto Néstor Kirchner, dice el gobierno, sigue con los plazos previstos: se abrieron los sobres para evaluar las ofertas del tramo inicial de la obra. Son las propuestas de Techint-SACDE. Siguen sobrando motivos para la aceleración de la construcción de una obra que permitiría el ahorro de miles de millones de dólares en las compras cíclicas de GNL. Es un nuevo capítulo de una serie que se escribe hace varios años. En el 2018, a finales del gobierno de Mauricio Macri, las petroleras veían en la eclosión de la macro un freno de mano al proceso de inversiones. La necesidad de autoabastecimiento, la curva de aprendizaje, eso de “pinchás y sacás”, sostuvieron los valores crecientes de producción de los no convencionales hasta su pico histórico del mes pasado. 

La discusión en este momento es la otra expansión posible y cómo se hace sostenible. Otra de esas historias que continuará.

 

El MPN Azul quiere empezar ganando

Hubo varias fotos protagónicas del gobernador Omar Gutiérrez esta semana. El neuquino cumplió, fue y posó sin sonrisas junto a la ministra de Economía Silvina Batakis. Nada personal. El MPN hace su negocio. Da el respaldo institucional de rigor, su contribución a la gobernabilidad, y se sienta a la mesa con una ministra que no parece encontrar del todo ese apoyo hacia el interior de la coalición de la que es parte. Las instituciones son las instituciones, dice un poco el MPN, entre otras cosas.

El capítulo siguiente, el jueves, fue el del reclamo del gobernador, una vez más, por las obras de infraestructura. El récord histórico del gas también llegó con el recuerdo de la necesidad de inversiones para seguir evacuándolo. Es decir, le reclamó otra vez las obras al secretario de Energía Darío Martínez, quien días atrás sostuvo que Nación quiere tener resueltas las concesiones en agosto-septiembre.

También esta semana, en su rol de presidente del partido provincial, Gutiérrez dejó de lado el reclamo del principal contendiente de los azules (el MPN oficialista conducido por Jorge Sapag y el propio gobernador), Rolando Figueroa, y por los petroleros, de evitar las internas que van a definir la conducción del MPN por otros cuatro años. Parece raro que Figueroa en verdad creyera que el pedido tendría asidero. Esa suerte de reclamo de consenso que planteaba, con el cuidado de no incluir la palabra consenso, acaso haya sido parte de un discurso que buscaba aglutinar a los sectores que lo respaldan. Pero lo verdaderamente importante de todo eso es que, quien se quede con esa elección, va a tener en sus manos la posibilidad de fijar las condiciones para segunda interna del año: esa que determinará quién será el candidato a gobernador del partido en el 2023. En agosto, así las cosas, Gutiérrez podría quedar una vez más presidiendo el partido y Sapag la Convención partidaria, y Marcos Koopman, el vice postulado para la sucesión en la Gobernación en el 2023, encarando el tramo final de la interna de candidatos, la segunda elección partidaria de este año para el oficialismo.

Primera incógnita despejada: habrá finalmente contrincantes en un puñado de seccionales. Los petroleros buscarán hacerse fuertes en Añelo y Rincón de los Sauces, como delimitando ese poder dentro del poder que en definitiva expresan, en sus bastiones de cercanías de los yacimientos del pasado y del presente y el futuro.

En el FdT, con un pie en capear el temporal a nivel nacional, y con las manos en la calculadora, también, en la provincia, el entorno del secretario de Energía, empezó a ser más explícito: “El peronismo tiene el mejor candidato del Frente de Todos”, dijo el diputado provincial Darío Peralta, en un tuit. Todos en Neuquén saben que Peralta es parte del núcleo más cercano de Martínez, que conduce el peronismo neuquino, tras la lista de “consenso” que evitó una catástrofe para el parrillismo en la provincia. 

El tablero electoral en Neuquén muestra cómo se mueven algunas piezas, con la música de fondo de la crisis a nivel nacional, esos sonidos propios de un final que todavía está escribiéndose.

 

 

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