El gas de Vaca Muerta

Bajo la gestión de Horacio Marín YPF abrirá el juego en su acuerdo del GNL con Petronas

El presidente de YPF comenzará a tener conversaciones con otras productoras para sumarlas a un nuevo hito histórico para Vaca Muerta. Cómo es el plan que tiene un primer paso en 2027.

Bajo la gestión de Horacio Marín YPF abrirá el juego en su acuerdo del GNL con Petronas
Marín durante una actividad oficial al frente de la empresa.
Marín durante una actividad oficial al frente de la empresa.

El gas natural licuado (GNL) implica la apuesta de máxima para el desarrollo de gas no convencional de Vaca Muerta. YPF afronta un cambio de conducción: Horacio Marín, su nuevo presidente, buscará acelerar en un nuevo paradigma que incluye optimizar el valor de mercado de la empresa, una ambiciosa modificación de los procesos para optimizar costos, y fijar como una de sus metas al máximo potencial del shale gas hacia el 2030.

El gas natural licuado supone un cambio de escala. Tanto en el nivel de inversiones como en el margen de posibilidades para la compañía controlada por el Estado y para el país.

En ese contexto, la empresa abrirá el juego a otros actores de la industria oil and gas. Marín ya tuvo reuniones con directivos Petronas, la gigante mundial que es su socia estratégica para impulsar el megaproyecto del GNL, acordado en el 2022, que en algún momento de la próxima década debería incluir el desarrollo de una gran planta de licuefacción en la costa atlántica y al menos tres gasoductos que garanticen el transporte del shale gas de la provincia de Neuquén hacia esa planta de procesamiento.

Según pudo saber Mejor Energía, el directivo le comunicó a sus pares de la empresa de Malasia que sin sumar otros actores del sector sería poco factible cumplir con los enormes objetivos de inversión en infraestructura y upstream hacia el 2030.

En ese contexto, a partir de marzo próximo, Marín comenzará a tener reuniones formales con referentes de las principales productoras del país para sumarlas al proyecto, según informaron fuentes de la petrolera. De hecho, el directivo ya recibe el interés de referentes de otras empresas para ser parte de un desarrollo como el que nunca vio Argentina.

Para tener una noción respecto de los costos, una planta de licuefacción, que procese el gas de Vaca Muerta para luego poder ser transportado por barcos implicaría una inversión en torno a los 10.000 millones de dólares. (Existen apuestas de un valor menor, que permiten una escala menos ambiciosa de procesamiento y dar saltos sucesivos en con plantas modulares.)

El nuevo presidente de la petrolera, que dio el salto desde Tecpetrol en diciembre pasado, el desarrollo del gas no convencional de Argentina podría alcanzar unos 450 millones de metros cúbicos diarios de producción. Esto, en la idea de un cálculo teórico que demuestra todo el potencial del gas de esquisto, con un horizonte de desarrollo hasta el 2050.

El proyecto de GNL que buscará impulsar Marín prevé una producción de 120 MMm3/d.

En un contexto mundial de creciente demanda de gas como combustible de la transición energética, el directivo promueve que en 2027 el acuerdo con Petronas ya rinda sus primeros frutos con una producción inicial de 6 MMm3/d.

Sería el primer paso de un proyecto de carácter histórico para la empresa y Argentina, que de este modo comenzaría a transitar el mercado mundial del GNL, reservado para un puñado de países productores.

El siguiente salto sería en el período 29/30, de acuerdo a las estimaciones actuales que hace la empresa: en ese momento el plan implicaría la producción de 40 MMm3/d.

En el 2030/31 tendría lugar el siguiente salto de escala, con el procesamiento de 80 MMm3/d, según lo que planifica el actual presidente y CEO de la empresa, precursora de los desarrollos no convencionales en América Latina.

La invitación a nuevos jugadores de la industria petrolera para hacer viable este desarrollo clave para el futuro de la economía de Argentina implica que ese tenor de producción (comparable al de la producción de Neuquén antes del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner) se alcance con la participación de entre cuatro y cinco empresas que se sumen a la inversión.

De este modo, desde el 2030, tendrían su cuota parte con el desarrollo y los réditos de la mitad del gas procesado en ese momento, es decir, 40 MMm3/d del total. Así sería una distribución del 50% para YPF y Petronas y el 50% para el resto de los actores que se sumen al plan.

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