Indicadores de la CEPAL para 2024

 “Con el foco en la transición energética, las perspectivas de crecimiento en la región son bajas”

En su último informe económico, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe señaló que la región creció 2,2% en 2023 y proyecta un 1,9% en 2024.

 “Con el foco en la transición energética, las perspectivas de crecimiento en la región son bajas”
El organismo propone una mirada más estratégica en sectores dinamizadores de la economía como el energético
El organismo propone una mirada más estratégica en sectores dinamizadores de la economía como el energético

En el balance preliminar de las economías de América LAtina y el Caribe 2023, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advirtió que la región mantendrá la senda de bajo crecimiento, lo que significará una desaceleración en la creación de empleo y la persistencia de la informalidad y de las brechas de género, entre otros efectos.

Según el informe, en promedio América Latina y el Caribe crecerán 2,2% en 2023 y 1,9% en 2024, lo que implica una desaceleración del crecimiento regional respecto a los niveles observados en 2022.

Así, América del Sur crecería un 1,5% (3,8% en 2022); el grupo conformado por Centroamérica y México, un 3,5% (4,1% en 2022), mientras que el Caribe (sin incluir Guyana), crecería un 3,4% (6,4% en 2022).

Para 2024, en tanto, se espera que la región mantenga la dinámica de bajo crecimiento y todas las subregiones crecerán menos que en 2023: América del Sur crecería un 1,4%; Centroamérica y México, un 2,7%, y el Caribe, un 2,6% (sin incluir Guyana).

“Estas proyecciones- publicó la CEPAL- reflejan, por una parte, el bajo dinamismo del crecimiento económico y comercio global lo que se traduce en un limitado impulso desde la economía mundial. Aunque la inflación ha disminuido, las tasas de interés de las principales economías desarrolladas no se han reducido, por lo que los costos de financiamiento se han mantenido en niveles elevados todo el año y se espera que continúen así durante los próximos años”.

Por otra parte, el bajo crecimiento también responde al limitado espacio interno de la política fiscal y monetaria, que enfrentan los países de la región.

En este sentido, se resalta que los niveles de deuda pública, si bien se han reducido, son aún elevados, lo que, sumado al aumento del costo del financiamiento, restringe el espacio fiscal.

“En el ámbito monetario, -continúa el informe- la inflación continúa a la baja en la región, pero la política monetaria mantiene todavía un sesgo restrictivo, debido a los efectos que la reducción de tasas podría tener sobre los flujos de capital y el tipo de cambio, considerando que, en los países desarrollados, se mantienen todavía vigentes las altas tasas de interés”.

Para salir de la trampa de bajo crecimiento, “es necesario escalar las políticas de desarrollo productivo con una mirada en sectores estratégicos dinamizadores, impulsar políticas para promover la inversión pública y privada, y adecuar el marco de financiamiento para potenciar la movilización de recursos”, enfatizó José Manuel Salazar-Xirinachs, director del organismo.

En ese sentido, la CEPAL instó a complementar las políticas de desarrollo productivo con políticas macro y financieras que permitan un adecuado manejo de los riesgos financieros y cambiarios que enfrenta la región; y que estimulen la movilización de recursos internos, para ampliar el espacio fiscal, incrementar la inversión y la productividad.

Y apuntó que “son necesarias reformas a la arquitectura financiera y tributaria internacional para acompañar a los países de la región en el logro de los objetivos de desarrollo sostenible en el marco de la transición energética, mediante la movilización de recursos hacia la región”.

 

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