El mercado de los combustibles
El campo anticipa un incremento de casi el 30% en su demanda de gasoil
El aumento de área sembrada y producción del ciclo 2023/24 provocaría un fuerte aumento de consumo de gasoil por parte de la cadena agrícola, por un valor estimado de US$ 2.512 millones.
La campaña agrícola tendrá este año un salto importante respecto a un 2023 fuertemente castigado por la sequía, y si bien la recuperación no será total, ya se anticipa un incremento de la actividad que tendrá su consecuente impacto en la demanda de combustible para sostener el movimiento que desencadena la cosecha y su transporte en amplias regiones del país.
En los últimos años, y por distintas circunstancias, el abastecimiento de gasoil afrontó dificultades que pusieron en alerta al sector de combustibles líquidos, y por eso cada salto que pueda registrarse es seguido con atención por los distintos actores de la cadena, aún a pesar de la caída general de consumo en todos los combustibles que podría compensar en parte ese incremento.
El gasoil es el energético principal de la maquinaria agrícola, por el cual tractores, cosechadoras, sembradoras y pulverizadoras, entre otros equipos, dependen para realizar las tareas que permiten obtener las cosechas. También es utilizado para el transporte de la producción agrícola en camiones y ferrocarriles que utilizan el mismo combustible para trasladar los granos desde las zonas de producción hasta las plantas procesadoras, acopios y puertos.
Para esta campaña, en base a la Secretaría de Agricultura, se estima que en el ciclo 2023/24 se producirían 136 Mt de granos. De este total, suponiendo que un 8% de lo producido se consuma en chacra, se estima que 125 Mt serían transportados hacia plantas, acopios y puertos.
De dicho volumen, se estima en base a datos de la Comisión Nacional Reguladora del Transporte que 9 Mt se trasladarían en ferrocarriles, mientras que las 66 Mt. se movilizarían en camiones.
De acuerdo a un detallado informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, si se suma el gasoil utilizado durante el proceso de producción de granos con el consumo realizado en el transporte hacia acopios, fábricas y terminales portuarias, puede estimarse, que en la campaña comercial 2023/24 la cadena granaria realizaría un consumo total de 2.175 millones de litros de gasoil. En relación con el ciclo 2022/23, esta cantidad sería un 29% superior, lo que se explica principalmente por el incremento productivo.
Tomando como referencia un promedio de la cotización del gasoil grado dos en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba correspondiente al mes de marzo, consultado del Ministerio de Energía, Minería y Transporte ($977,8 por litro), y el promedio de la punta compradora del dólar mayorista del Banco Nación ($ 845,7 por dólar a la misma fecha), se computa un costo de U$S 1,15 por litro de gasoil, que se supone aplicable a toda la campaña comercial.
Con estas cotizaciones, se llega a la conclusión de que en la campaña 2023/24, la cadena granaria habría consumido gasoil por un valor aproximado de U$S 2.512 millones.
En el detalle del movimiento del campo previsto para esta temporada, la BCR destacó que el consumo de gasoil en el proceso productivo para la campaña 2023/24 podría ubicarse en 967 millones de litros (Ml), prácticamente sin cambios con respecto al consumo del ciclo 2022/23, dado que la superficie sembrada total a nivel nacional se mantuvo muy parecida.
Se observa claramente que el mayor consumo se da durante la cosecha de soja (173 Ml), seguido por la cosecha de Maíz (103 Ml), a continuación, por el laboreo y la siembra de soja y maíz (86 Ml y 78 Ml respectivamente), y siguiendo en orden de importancia se ubican los movimientos internos de soja (69 Ml) y la cosecha de trigo (55 Ml).
Pero, continuando la cadena, el transporte de granos consumiría en la campaña 2023/2024 unos 1.208 millones de litros de gasoil; el 97% de dicho consumo sería realizado por camiones, mientras que el 3% restante se haría mediante el transporte ferroviario.
Así, si se compara con la campaña anterior, caracterizada por la devastadora sequía, el consumo de gasoil para transporte de granos en el ciclo actual aumentaría un 69% interanual.
Lo que ocurre en el campo es dato relevante para las petroleras que abastecen el mercado interno y que cada año deben importar hasta un 30% de la demanda para no sufrir sobresaltos, algo que prefieren evitar cuando el precio interno no refleja la paridad de importación. Esa ecuación dio lugar en más de una ocasión a desplazamientos de la gran demanda de la maquinaria y las unidades logísticas de los puntos de carga mayorista hacia las estaciones de servicio y el quiebre de stocks por falta de producto.
El año pasado, en plena campaña electoral, la falta de divisas disponibles para el pago de los barcos cargados a kilómetros del puerto de Buenos Aires provocó el faltante de combustibles líquidos, y generó desabastecimiento prácticamente en todas las provincias, generando serias dificultades en el negocio del transporte de cargas en particular.
Un año antes, en 2022, una campaña agrícola récord, motivó una demanda inédita de combustible asociada a un precio interno relegado, lo que provocó una situación de virtual desabastecimiento durante semanas que solo se pudo superar con el incremento importador de las principales operadoras del mercado.