Vaca Muerta, el frente exportador y la campaña presidencial

Las obras de infraestructura de petróleo y gas avanzan y abren una alternativa inédita para Argentina. Massa buscó mostrar una foto de consensos desde la plataforma del shale.

Vaca Muerta, el frente exportador y la campaña presidencial
Vaca Muerta se abre paso con nuevas obras de transporte.
Vaca Muerta se abre paso con nuevas obras de transporte.

El eje del corazón energético argentino, Vaca Muerta, se llevó una vez más todas las miradas de la última semana. Hubo un mix de obras de infraestructura, y el potencial que proyectan, que se cruzaron con la actualidad de la política y las preguntas y respuestas que se desprenden de ese cruce.

La inauguración del Oleoducto Vaca Muerta Norte es un paso más para afianzar el sostenimiento de la producción de shale oil desde la provincia de Neuquén. El incipiente frente exportador hacia Chile recibió una muy buena noticia. El Oleoducto Trasandino (OTASA) sumará el respaldo de los miles de barriles de crudo que el flamante tendido transportará en el corto-mediano plazo. El bombeo hacia el vecino país, por esta vía, permitiría hasta 110 mil barriles diarios. Hoy canaliza unos 40/50.000. El proceso de recuperación de confianza con un antiguo cliente es vital para pensar en el shale como ese motor para el ingreso de divisas y generación de actividad. 

La obra también permite respaldar la demanda interna. Para saldar debates y eliminar dudas: el complejo refinador de YPF en Luján de Cuyo se asegura más abastecimiento desde Neuquén, en medio de un proceso de adecuación que le permitirá asimilar cuotas crecientes de petróleo no convencional, esa nueva versión del crudo Medanito, un blend de varios crudos de Vaca Muerta, que contiene cada vez menos petróleo convencional, ese tradicional paradigma de la industria que hoy representa el 9% de la producción de Neuquén.

El petróleo es una de las vías con las que el país pudo esquivar una tragedia mayor en el frente macroeconómico. Los datos del último mes indican que el 37% de la producción provincial salió al exterior. El ministro-candidato Sergio Massa redobló la apuesta al lanzar un valor diferencial, el dólar Vaca Muerta, para el 25% de las exportaciones de las empresas que al mismo tiempo no suban los combustibles hasta fines de noviembre.

De este modo busca descomprimir la plaza cambiaria en el itinerario proselitista hacia fin de año, al tiempo que se evita una variable adicional para la inflación que se desprende de una posible escalada de precios en surtidor. Queda por ver el asidero que tendrá en las compañías.

Acaso el grueso evalúe la conveniencia de adherir a un plan de este tenor, en medio de la escalada del Brent, el crudo de referencia a nivel local, que esta semana cotizó en la brecha de los 90/94 dólares, mientras en el mercado argentino el barril criollo se comercializa en el rango de 56/58 dólares, de acuerdo a lo que expresa el valor de las naftas. Pese a los descuentos que recibe el shale oil en el mercado internacional, el precio sigue siendo superior al que paga el complejo refinador nacional.

Pero el shale también es una fantástica plataforma de posicionamiento político. Sobran los antecedentes de los últimos diez años. Las obras de infraestructura en avance son un nuevo distintivo en medio de la profunda crisis económica. Por un lado, el gobierno nacional logró terminar el primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner. Y por el otro, la producción de gas no convencional está en su pico histórico. (El petróleo en Argentina tuvo máximos en otros momentos; pero en Neuquén también tiene sus mejores marcas en 104 años.) 

Vaca Muerta es una evidencia que no solo cotiza en alza en Argentina. Bolivia, Chile y Brasil la contemplan como una llave para contener posibles marejadas inflacionarias -el valor del GNL del futuro es un interrogante a escala global- y asegurarse el suministro -y el transporte- en la tan mentada transición hacia las renovables.

En la inauguración del oleoducto, Massa intercambió elogios y agradecimientos con el gobernador Omar Gutiérrez, también presidente del MPN, y con el gobernador electo Rolando Figueroa (Comunidad), que acompañó las actividades en el plano institucional. Para el ministro-candidato fue una foto del consenso que procura mostrar como un anticipo de un eventual gobierno suyo. Como se dijo en los días previos, Sandro Badilla, el candidato a diputado nacional del partido provincial apoya al ministro de Economía para la presidencia. Y el MPN dejó hacer pese a algunos estertores internos. Otro actor importante que se inclinó por respaldarlo en la misma interna fue Marcelo Rucci, titular del gremio petrolero, que dijo presente en multitudinario acto desarrollado en Olivia, el predio ubicado en Plottier donde Massa se mostró junto a los gremialistas estatales de Neuquén y de la CGT, además de referentes políticos locales.

En su paso por Neuquén, el ex intendente de Tigre no escatimó en seguir posicionando parte de su campaña desde el sector energético, ámbito en el que se siente más que cómodo y que conoce. Adelantó que la reversión del Gasoducto Norte, puntal de la sustitución de importaciones de Bolivia en plena declinación del gas que envía el vecino país, estará culminado en mayo. Y que la etapa dos del Gasoducto Néstor Kirchner estará concluida en julio. Es todo un desafío, pero nadie podría decir que es imposible en virtud de los 10 meses que el GPNK insumió en su primera etapa.

Claro, para eso deberá imponerse en las presidenciales del 22 de octubre o en una eventual segunda vuelta.

También anticipó que el oficialismo tiene los votos para avanzar con el proyecto de ley de gas natural licuado (GNL), la vía de máxima para la expansión del shale gas del futuro, tema que tuvo un pedido público de Gutiérrez, y del propio Figueroa en la semana previa, para que el grueso de la política se salte la grieta y no deje ir el tren de una gigantesca chance que tiene Argentina para contrarrestar los recurrentes ciclos de crisis macro que, como es sabido, no conocen de signos y colores partidarios.

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