El mercado de los combustibles

Refinerías: entre la presión del gasoil y el desafío del shale oil

Las refinadoras afrontan una etapa de reconversión para incrementar el procesamiento del crudo más liviano de Vaca Muerta y ampliar sus capacidades para abastecer la demanda.

Refinerías: entre la presión del gasoil y el desafío del shale oil
Refinería de Plaza Huincul (YPF).
Refinería de Plaza Huincul (YPF).

La industria petrolera y el gobierno nacional afirman que las más grandes refinerías de la Argentina están trabajando casi a pleno de capacidad en medio de una fuerte demanda insatisfecha de gasoil, producto que la Argentina importa casi en un 30% de lo que consume en determinados momentos del año. En esta coyuntura las plantas de procesamiento enfrentan un conjunto de desafíos para los mayores jugadores del mercado, lo que incluye inversiones millonarias de recupero a largo plazo.

Muchas de esas mega obras de ingeniería están en plena ejecución, tal como viene realizando hace más de dos años Pan American Energy-Axion en su refinería de Campana, la que inició el año pasado Raizen-Shell en su terminal de Dock Sud, las que avanza Trafigura-Puma en la planta de Bahía Blanca, y las que comenzó YPF en Luján de Cuyo y La Plata. Ese mapa del refino refleja que las compañías vienen acompañando la transformación de la industria para lograr plantas con mayor capacidad de combustibles con menor azufre para la obtención de productos premium y anticipando la capacidad de procesamiento de esta nueva ola del no convencional.

La industria de refinación del petróleo transforma los crudos de petróleo en productos como gases licuados, nafta, kerosene, combustible para aviación, gasoil, fueloil, lubricantes, asfaltos y productos básicos para la industria petroquímica.

Pero en el caso del gasoil no abarca la demanda y tan sólo en 2021 se estima que la Argentina importó unos 2.000 millones de dólares en diesel grado 2 y grado 3 para compensar lo que no se logra producir localmente, y a precios actuales en alza y con el crecimiento de la demanda esa cifra se incrementaría un 50% hasta los 3.000 millones para cuando finalice el presente año.

Daniel Dreizzen, director de Energía de Ecolatina y ex secretario de Planeamiento Energético, identificó distintos problemas a enfrentar desde el sector de refino, en particular a lo que refiere al diesel. “Las refinerías no pueden producir todo el gasoil que la demanda requiere, y en particular el gasoil grado 3 tiene en Axion la única que puede elaborar en volúmenes significativos”, explicó Dreizzen en diálogo con Mejor Energía, al resaltar que Vaca Muerta también condiciona al sector.

“El gasoil usa petróleo convencional más pesado que está en declive con creciente participación del shale oil de Vaca Muerta que es un crudo más liviano y las refinerías no están adaptadas para el no convencional”, resaltó el especialista de Ecolatina al advertir que esta reconversión de las plantas requieren inversiones millonarias de largo aliento.

En similar sentido, el economista Sebastián Scheimberg, Coordinador Estudios Energéticos de la Universidad Nacional de La Matanza, explica que en la actualidad “hay una problemática vinculada por el tipo de crudo que esta abundando, el mas liviano genera menos gasoil, y el mix de la refinerías requiere una nueva configuración para adecuar al petróleo disponible de manera creciente, una ecuación que al final del día influye”.

Incluso si las refinerías estuvieran preparadas, hay otro problema adicional a resolver que es el transporte de petróleo, ya que el anillo de ductos está al tope de capacidad, lo que también requiere de una adecuación.

Pero la realidad nuevamente se impone en la toma de decisiones, porque las ampliaciones millonarias del parque refinador difícilmente pueden avanzar en un mercado en el que los precios que se reconocen son mucho más bajos que en el resto del mundo. “Son inversiones de largo plazo de recupero, en una visión en la que también hay que tener en cuenta el impacto que podrá tener en el negocio la transición energética en las próximas décadas”, señaló Dreizzen.

De la misma manera, Scheimberg entendió que hace años el tema esta en estudio en el sector pero que “ante la magnitud de la inversión que requiere construir una refinería de escala, que procese  gran grandes volúmenes de crudo y de manera eficiente, no cierra la ecuación para el mercado local”, más aún teniendo en cuenta que se trata de infraestructura que puede tener varias décadas de vida útil en momentos en que se busca el horizonte de la transición energética. “Por lo cual la alternativa que sigue estando vigentes es la importación para cubrir parte de la demanda insatisfecha, pero requiere tener bien alineados los precios, sino las petroleras tienen que vender al mercado local debajo del costo” reseñó el ex funcionario de la cartera de energía y minería.

Dreizzen, por su parte, plantea una propuesta más de fondo y de largo aliento que permita reducir la participación del gasoil en los cuales hoy es un insumo esencial como la logística, las industrias y la generación de electricidad, a partir de “la gasificación de la matriz, con un recurso abundante, mucho más económico y amigable con el ambiente”.

La demanda de combustibles (naftas y gasoil) en el mercado interno aumentó 14,6% en el periodo acumulado enero -abril lo que en términos porcentuales y volumétricos (8.037.126 metros cúbicos), se trata de la mayor suba de la serie hasta hoy registrada.

La refinerías despacharon en su conjunto 3,9 millones de m3 de gasoil en el trimestre marzo-mayo, lo que representa un volumen récord frente a la pre-pandemia y un 12% más que en 2019 cuando se despacharon 3,4 millones de m3, para atender un nivel de demanda interna que se ubica en los niveles más altos de los últimos años.

En base a estas cifras, para Martín Bronstein, director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEEPyS) “lo que esta claro es que es un problema de demanda y no de oferta, ya que no se mantuvo constante sino se incrementó el volumen de producción y refino, y se duplicaron los volúmenes de importación de 450 y 500 millones de m3 en 2021 a más de un millón hasta 1,1 millón proyectado”. 

“Históricamente la demanda de gasoil vino acompañando el crecimiento del PBI como insumo básico de la cadena productiva y de logística, pero vemos que en los cuatro primeros meses del año  la demanda de gasoil casi duplica en el cuatrimestre la actividad económica, un fenómeno anormal para el cual hay que buscar las causas en una mayor dinámica de los sectores productivos, pero también en el acopio de varios de esos actores y los saltos inexplicables de consumo en las provincias limítrofes”, reseñó.

 

 

Te puede interesar
Últimas noticias