Renovables: en busca de alternativas para reordenar los proyectos pendientes del RenovAr

De las rondas licitatorias del Programa RenovAr, ideadas por el gobierno de Mauricio Macri para incentivar la puesta en marcha de proyectos de generación de energía de fuentes renovable, quedaron en el camino 91 contratos. Se estima que suman más de 1000 MW, lo que se podría traducir en más de 1000 millones de dólares de inversión que comprometieron diversas empresas para concretar emprendimientos de energía de fuentes alternativas a las fósiles -en su mayoría, eólica y solar- y no cumplieron con ninguna de sus obligaciones contractuales. 

Uno de los argumentos más extendidos para explicar esta demora es que las devaluaciones de los años 2018 y 2019 y la emergencia sanitaria global que devino con la pandemia en 2020, que modificaron abruptamente las condiciones macroeconómicas del país, golpearon rotundamente a las empresas que habían resultado adjudicatarias, algunas especialmente creadas para llevar adelante estos emprendimientos. Los inversores se cayeron, también las posibilidades crediticias, en rigor, quedaron sin la posibilidad de financiarse por los carriles habituales en el medio del proceso. 

Que sean tantos los proyectos en este estado -la mitad de lo que se adjudicó en las cuatro rondas-, puede ser visto como un indicio de que no se trató -en general- de falta de voluntad o de negligencia de parte de las empresas. No obstante, también se estima que el diseño original del programa RenovAr habilitó a que compañías aventureras especulen e impulsen el precio de la energía licitada a la baja.

En este contexto, la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) propuso una serie de alternativas a la Secretaría de Energía de la Nación para remontar al sector. Una de esas fue que los proyectos RenovAr paralizados se transfieran al régimen de mercado a plazo o Mater, que es por el cual los grandes usuarios contratan directamente el suministro de energía a los generadores de energía renovable.

“Esta iniciativa, entre otras, liberaría al Tesoro Nacional de compromisos en dólares a largo plazo, resultante de la necesidad de importar gas y combustibles líquidos para la generación de electricidad, evitaría que continúen bloqueados los PDIs ( puntos de interconexión en el sistema de transporte) comprometidos bajo el programa RenovAr, mediante arbitrajes internacionales previstos en los PPA (Power Purchase Agreement, por sus siglas en inglés), costosos y extensos en el tiempo, mientras trasladaría los costos de la generación eléctrica renovable a actores privados, aliviando así la necesidad de revisión tarifaria que exige la quita de subsidios, que reconoce un fuerte impacto en el déficit presupuestario nacional. También, generarían más trabajo y mano de obra genuina y local”, explica el presidente de CADER, Juan Manuel Alfonsín.

No obstante, la Secretaría de Energía ya avanzó en la elaboración de una salida para esos proyectos frenados con la resolución 1260 que se publicó en diciembre pasado en el Boletín Oficial. Con esa medida, las empresas adjudicatarias que decidan abandonar el desarrollo deberán pagar una multa significativa, aunque menor a la prevista en el contrato original. 

Hasta el momento, 42 proyectos adjudicados en el programa RenovAr respondieron a la resolución 1260/21 de la Secretaría de Energía. Sólo 6 pidieron prórroga. En total, 36 proyectos que nunca se construyeron aceptaron rescindir el contrato, pero 11 pusieron condicionamientos adicionales a lo que plantea la resolución 1260 para la salida. 

Por otro lado, hay 34 que todavía no respondieron a esa resolución. Algunos proyectos presentaron cautelares. Todo está en proceso de análisis y evaluación en la Secretaría de Energía de la Nación.

“Los proyectos de RenovAr de pequeña escala son los que han sido desechados según la resolución 1260. Las parques eólicos y solares a gran escala permanecen en el sistema, en la medida en que esta resolución no aportó una salida razonable. Lo más importante es que a estos proyectos activos ya se les ha asignado capacidad de transporte, que escasea en el país y que ello continuará siendo así de no encontrar una alternativa que permita su concreción o bien la liberación de los PDI (puntos de interconexión) que mantienen ocupados”, indica el titular de CADER y agrega: “Tenemos diferentes propuestas que podrían ayudar a que proyectos de RenovAr estancados avancen y no queden atrapados en largas batallas legales vinculadas a los contratos de suministro”. 

A decir de la Cámara, las perspectivas del Mater son buenas en función de la cantidad de corporaciones presentes en Argentina que demandan cada vez más electricidad de fuentes renovables para sus procesos productivos, sus oficinas, sus operaciones de servicios en el país. 

Otras opciones que evalúa la Cámara pasan por ampliar el Mercado a Término, diseñar e implementar un programa para pequeños y medianos proyectos de generación que se vinculen al sistema a través de las redes de distribución, y también, se analiza la posibilidad de armar un esquema que cubra la demanda de electricidad de fuentes renovables exigida por la Ley 27.191 a través del mecanismo de “compras conjuntas”.