Panel de la AmCham

Reclaman adecuar marcos regulatorios para grandes proyectos de infraestructura

Actores claves del sector energético piensan que aggionar los marcos regulatorios y generar normativas específicas permitirán atraer las inversiones para competir en los escenarios globales.

Reclaman adecuar marcos regulatorios para grandes proyectos de infraestructura
Gracias a sus recursos energéticos, como el gas y las renovables, Argentina puede convertirse en un proveedor regional y global.
Gracias a sus recursos energéticos, como el gas y las renovables, Argentina puede convertirse en un proveedor regional y global.

La Argentina tiene por delante la posibilidad de fortalecer su industria energética ya no para el autoabastecimiento sino como proveedor regional y global, lo que demandará un salto de capacidades productivas y de infraestructura que a criterio de las empresas podría impulsarse mediante un marco normativo para la concreción de grandes proyectos.

El aprovechamiento de los recursos de gas y de gas natural licuado (GNL) son parte de la matriz energética exportadora cuya ventana de oportunidad puede apuntalar el país en el marco de la transición hacia fuentes renovables. El tema fue uno de los ejes del encuentro de negocios Amcham Summit que organizó la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina en la mesa orientada a presentar al país como jugador global para la seguridad energética.

De esa mesa participaron Gabriela Aguilar, country manager de Excelerate Energy; Martín Genesio, presidente y CEO de AES; Juan Martín Bulgheroni vicepresidente de upstream de Pan American Energy; y Bernando Andrews, CEO de Genneia y Presidente de la Cámara Eólica Argentina (CEA).

Así el panel, se desarrolló a partir de la coincidencia de que hay ambiciosas metas exportadoras que son alcanzables pero que requieren de “marco regulatorio estable, transparente y sostenible en el tiempo para atraer inversiones que compiten en el mercado global, además de ser proyectos con alto nivel de productividad”. Ese aprovechamiento de los recursos fósiles “no representa una dicotomía entre generar el incremental de negocios en el mundo con un medio ambiente cuidado y el cumplimiento de las regulaciones y compromisos del mercado internacional”.

Aguilar planteó en el evento que hay una resignificación del gas natural como combustible de la transición y su valor como combustible flexible a través del GNL, lo que abre “una ventana muy importante de oportunidad para el desarrollo de las reservas de Vaca Muerta, con un mercado que no solo puede ser Europa o Asia sino el mercado regional”.

En ese sentido, la atracción de grandes inversiones es clave para el éxito de cualquier iniciativa por lo que Aguilar consideró necesaria “una regulación específica para proyectos de infraestructura” al resaltar que “todas las iniciativas de gas y GNL requieren alto nivel de inversión de capital con lo cual dar certeza de largo plazo a este tipo de inversiones es muy importante, como una adecuación de los marcos regulatorios”.

El contexto global marca esa tendencia ya que se estima que hacia el 2040 habrá una demanda de 700 millones de tns (Mtns) de GNL cuando la oferta actual es de 400 Mtns y que para el 2030 se espera un volumen adicional de 10 a 120 Mtns, lo que marca el margen de posibilidad para la industria local.

Bulgheroni, por su parte, señaló que el mundo afronta lo que denominó el trilema energético: seguridad, accesibilidad y sustentabilidad, en un escenario global en el cual “los hidrocarburos vuelven a participar de la conversación y pasan a ser parte de la solución con un compromiso de producir energías con mejor eficiencia respecto a emisiones. Esto conduce al gas natural que en Argentina tiene recursos que la posicionan para enfrentar esa demanda global”.

Al respecto el directivo de PAE consideró que el país tiene capacidad de recursos suficientes para desarrollarse a nivel local, regional y participar de la seguridad energética global, en un desafío que requiere “mucha inversión en infraestructura, para extenderse a los países vecinos y aún falta invertir en gas licuado en instalaciones que permitan participar de ese juego internacional”.

En tanto, Andrews destacó el avance que las renovables lograron en los últimos años en el país. “Tenemos una industria que crece al 20% anual, con una capacidad instalada de 4.000 Mw de tecnología eólica, otros 1.500 Mw de solar, y unos 1.000 Mw actualmente en construcción, lo que confirma el proceso de aprendizaje iniciado con el Plan Renovar que desriskeó el sector con el apoyo de entidades que apoyaron financieramente ese desarrollo”, explicó.

Hoy aparece “la oportunidad de transaccionar con privados, en un Mercado a Término en el que los industriales demandan energías renovables para cubrir sus necesidades con energía confiable a largo plazo, a precios muy competitivos”.

El titular de Genneia y la Camara Eólica admitió que “el cuello de botella de infraestructura es el gran pasivo que han tenido las reglas del sector eléctrico desde los 90. Pero esa necesidad de generar la capacidad de ampliarse se puede trabajar y atraer iniciativa privada, agrupando demanda con herramientas a nivel regulatorio que permita levantar limitaciones de transmisión para traer recursos cada vez más eficientes al sistema”.

Finalmente, Gennesio -al frente de una de las cuatro principales generadoras eléctricas del país- consideró que el sistema energético “se encuentra a las puertas de un punto de inflexión en el cual todos los actores están de acuerdo en volver a un sistema más libre de contratos con un precio marginal que se respete para maximizar la inversión de corto, mediano y largo plazo.

En ese sentido, entendió que el nuevo gobierno “viene dando todas buenas señales en esa búsqueda de lograr un sistema marginalista libre con pacto de contratos, aún en una obvia coyuntura compleja que en pocos meses se terminará de pasar”.

Para ello Genesio entendió que la Ley de Bases que volverá a impulsar el Gobierno nacional puede aportar “la posibilidad de aggiornar la legislación existente que tiene 30 años con el objetivo de adecuar al sector a cada momento de coyuntura que se presente a nivel local e internacional, y no tener una regulación inviolable, escrita en piedra, sino una moderna que se desarrolle ante los nuevos tiempos”.

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