El contexto económico de la petrolera

El mercado financiero espera de YPF inversiones por US$15.000 millones en tres años

La petrolera redujo su exposición de deuda, aumentó su flujo de caja y está en condiciones de financiar con fondos propios sus inversiones al 2025, centradas en el desarrollo de Vaca Muerta.

El mercado financiero espera de YPF inversiones por US$15.000 millones en tres años
Un tanque de almacenamiento en el bloque Loma Campana (Vaca Muerta).
Un tanque de almacenamiento en el bloque Loma Campana (Vaca Muerta).

El mercado observa a YPF como uno de los actores energéticos centrales de los próximos años en la Argentina, y como tal se destaca que en el período 2023-2025 podrá concretar un piso de inversiones de US$ 15.000 millones enfocadas fundamentalmente en el desarrollo de sus operaciones en Vaca Muerta, y lo que es más importante, con fondos propios.

El mercado está observando que a diferencia de otros momentos de la compañía, por primera vez que el plan de inversiones que tiene previsto YPF lo va a financiar con el flujo de caja. En el inicio de la era no convencional, tras la nacionalización del 51% del paquete accionario, la disponibilidad de fondos vino en parte por el la toma de capital, lo que explicó una situación compleja de la relación deuda-ebitda. 

La gestión macrista redujo significativamente los niveles de inversión para no seguir endeudando la compañía, algo que también tuvo como correlato una caída de su producción global, a partir de una ralentización de sus operaciones. No obstante esa política, según los resultados informados por YPF, la empresa pasó de un endeudamiento neto de 6959 millones de dólares en 2015 a 7.565 en 2019.

La nueva etapa, bajo el actual gobierno, gracias al incremento de los precios internacionales, la renegociación de la deuda que despejó el horizonte de corto y mediano plazo, permitió reducir la relación deuda-ingresos. Así, se fortalece la perspectiva de que la empresa va a poder financiar inversiones con flujo de caja propio, lo que desacopla su futuro inmediato de la situación macroeconómica argentina. 

Luego de revisar este año al alza la proyección de inversiones para cerrar 2022 en unos US$ 4.100 millones, se anticipa para 2023 desembolsos en torno a los US$5.000 millones sin necesidad de salir mayormente al mercado a buscar financiamiento, a lo que sumado al aporte de algunos socios va a poder avanzar en la monetización de Vaca Muerta, una gran notica en el contexto actual.

Esta perspectiva permitió en las últimas horas que la empresa recibiera una suba de calificación de Fix (afiliada de Fitch Ratings), que revisó las perspectivas de largo plazo de YPF a AAA(arg) desde AA+(arg).

De acuerdo a la calificadora, se anticipa una conservadora política financiera aún luego de una elevada tasa de inversión esperada que conjuntamente con una favorable perspectiva en el mediano plazo sobre sus métricas operacionales y el fortalecimiento de su perfil financiero comprobado tras la cancelación de USD 1.713 millones de deuda neta entre diciembre 2019 y junio 2022. Esto permitió a YPF re-enfocarse en el desarrollo de Vaca Muerta y la infraestructura de tratamiento y evacuación necesaria con un plan esperado de inversiones de más de US$ 15.000 millones en los próximos 3 años, el cual será fondeado casi exclusivamente con fondos provenientes de las operaciones regulares. 

El mercado observa que las medidas crediticias, el sólido flujo operacional y el bajo costo de equilibrio alcanzado permitirán afrontar un eventual escenario adverso. De la misma manera se considera que con estos planes en ejecución y las eficiencias logradas, YPF estará en condiciones de monetizar sus recursos hidrocarburíferos no convencionales de los cuales sólo ha explotado al momento el 1%. 

A raíz de las mejoras operativas, se estima que en 2022 el Ebitda podría rondar entre US$ 4.000 millones y US$ 4.400 millones asumiendo un nivel de producción creciente en el segmento no convencional, precios locales de petróleo en torno a US$ 60/65 por barril, precios de gas cercanos a 3,8 US$/MM BTU y un mantenimiento de los actuales precios de naftas medidos en dólares. 

También señalan los analistas que la compañía mantiene el desafío de continuar incrementando sus reservas, teniendo en 2021 reservas probadas por 6,7 años de producción (versus 5,4 años en 2020).

A la vez, la empresa tiene en el horizonte vencimientos manejables en el corto y mediano plazo: YPF posee vencimientos corrientes a junio 2022 por US$ 765 millones, los cuales son sustentables considerando el perfil crediticio de la compañía. A junio 2022, los niveles de caja e inversiones corrientes ascendían a US$ 1.242 millones, lo cual refleja, desde la óptica de la calificadora, una adecuada liquidez que equivale a niveles superiores (1,6x veces) a los vencimientos financieros de corto plazo. 

YPF posee una posición de liderazgo en los principales segmentos en los cuales opera: es la mayor compañía integrada de hidrocarburos local, teniendo una importancia estratégica para el mismo, y la fortaleza relativa de la compañía en el país otorga un acceso al mercado local de capitales y permitiría refinanciar los vencimientos pendientes de 2022 al 2024. 

No obstante, el mercado no omite que la petrolera nacional está expuesta a varios factores que la pueden comprometer en esa senda financiera virtuosa tal como la afectación en los costos por cambios regulatorios, el aumento del riesgo de refinanciación en el corto plazo derivado de un debilitado entorno operacional o de cambios normativos que limiten el acceso al mercado de cambios, riesgos asociados a sentencias en firme de juicios cuyos perjuicios resulten significativos y redunden en toma de nueva deuda, y también menores ajustes de precios de naftas y gasoil a los esperados que compriman el flujo operativo por debajo de US$ 2.800 millones.

El valor de mercado de la compañía al 30 de septiembre último era de aproximadamente USS 2.523 millones. El nivel más alto desde el primer trimestre de 2020, lo que permite la expectativa de consolidar una tendencia alcista para revertir la fuerte caída que se registra desde comienzos de 2017 cuando la capitalización bursátil se encontraba en torno a los US$10.000 millones. 

Adicionalmente, Fix confirmó en “A1+(arg)” la calificación de emisor de corto plazo, lo que significa una sólida capacidad de pago en tiempo y forma de los compromisos financieros respecto de otros emisores o emisiones del mismo país, por eso cuando las características de la emisión o emisor son particularmente sólidas, se agrega un signo “+” a la categoría.

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