Clave del shale oil

Comienza el debate por el futuro del transporte de crudo de Vaca Muerta

La secretaría de Energía convocó al gobierno neuquino y las principales transportistas de petróleo para discutir las prórrogas de concesiones.

Comienza el debate por el futuro del transporte de crudo de Vaca Muerta
El transporte de crudo entra en el primer plano del debate.
El transporte de crudo entra en el primer plano del debate.

Los referentes de las principales transportistas de petróleo de la Cuenca Neuquina comenzarán a debatir hoy el futuro de un tema excluyente para la expansión de la producción de Vaca Muerta: la prórroga de concesiones en la administración de oleoductos, una de las llaves para las inversiones que permitan ampliar la capacidad de bombeo.

La secretaría de Energía confirmó una reunión para hoy a las 15, en la que participarán directivos de Oleouductos del Valle (Oldelval), OTASA (Oleoducto Trasandino SA), Oiltanking (el principal punto de acopio de petróleo en Puerto Rosales), y representantes del gobierno neuquino. El encuentro se desarrollará en el asiento que tiene la cartera energética en la capital neuquina.

Las empresa expondrán sobre el actual estado de situación del sistema de transporte y almacenamiento de petróleo, uno de los cuellos de botella que afronta la creciente producción del shale oil de la Cuenca Neuquina.

Mayo marcó el record histórico de la producción no convencional en Neuquén, con 240 mil barriles diarios de producción en promedio. Esta aceleración de los pozos no convencionales plantea un presión inusitada en la capacidad de evacuación.

Pese a que Oldeval, la principal transportista de la Cuenca Neuquina invirtió 50 millones de dólares a finales del año pasado, lo que permitió sumar 50 mil barriles de capacidad de bombeo, el gobierno neuquino sostiene que sin obras de ampliación de transporte, sobre finales de año podría encontrase un escollo para la producción creciente de Vaca Muerta.

De hecho, viene planteando que la nueva cota de producción llegará en diciembre por encima de los 300.000 barriles diarios en promedio.

OTASA es la empresa que administra el tendido hacia la zona de puertos en el Pacífico. Tal como lo adelantó Mejor Energía, ese oleoducto, que abriría hacia Chile una vía para el crudo no convencional, es sometido por estos días a pruebas de integridad estructural.

Se le está cargando agua, luego pasará una herramienta inteligente para determinar eventuales necesidades de repación. Para entrar en funcionamiento, necesita unos 50 mil barriles diarios, y tiene un limite actual cercano a los 100.000. Neuquén considera que podría estar operativo entre diciembre y el primer trimestre del año próximo.

El tema central es la prórroga de las concesiones, que vencen en el 2028. Las cifras millonarias para afianzar esta infraestructura implica, desde la perspectiva de las emprsas, tener la certeza de continuidad en la administración de estos puntos de transporte, que hoy son estratégicos para el país. El 50% del crudo de Argentina sale de Neuquén.

En principio, hay expresiones de voluntad que indicarían cierta mirada coincidente sobre la necesidad de extender estos contratos, para evitar el atolladero de un eventual freno a la producción, en momentos en que hay un incipiente mercado para el shale oil, por fuera del aprovisionamiento doméstico del que es garantía también Vaca Muerta. Hoy casi el 20% del petróleo no convencional que se produce encuentra mercados en el exterior.

Para las empresas y el país sería determinante poder expandir las fronteras de producción. La aceleración que permiten los yacimientos shale, la necesidad de exportar más y la situación del mundo parecen un escenario alineado para nuevas oportunidades de exportaciones.  

En el último semestre hubo reiterados pedidos del gobierno provincial para impulsar este proceso de extensión de las prórrogas, al que ve como llave para la creciente producción. De hecho, Neuquén acaba de dar dos nuevas concesiones no convencionales en la ventana de petróleo de Vaca Muerta.

El dabate tiene lugar en medio de la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, la obra que también permitiría evadir otro cuello de botella, en este caso el del shale gas, con el actual sistema de transporte completamente saturado durante los momentos de mayor demanda del año, el ciclo mayo-septiembre, que coincide con la baja de temperaturas en el país.

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