Reclamo de los empresarios de gas licuado

CEGLA: “El sector de GLP está trabajando al límite”

El presidente de CEGLA, Pedro Cascales, aseguró que el precio de la garrafa hoy no cubre los costos operativos, y eso podría traducirse en desinversión y faltantes de producto.

CEGLA: “El sector de GLP está trabajando al límite”
Pedero Cascales, presidente de CEGLA: "“Es una falacia que la garrafa es cara. Es el energético más barato".
Pedero Cascales, presidente de CEGLA: "“Es una falacia que la garrafa es cara. Es el energético más barato".

El mercado de GLP en Argentina hoy está cruzado por dos cuestiones clave. Por un lado, el impacto en la logística vinculado a faltantes de suministro de gasoil, que afecta a los camiones que transportan las garrafas. Y el otro gran tema es el precio del producto: desde 2015 los empresarios reclaman una adecuación tarifaria.

En diálogo con Mejor Energía, Pedro Cascales, presidente de CEGLA (Cámara de Empresas de Gas Licuado), se refirió a las complicaciones en el transporte por ciertas restricciones en el acceso a combustibles, como se vio en los últimos días en parte del país. Señaló que por esto, el sector trabaja al límite de su capacidad logística.

“El 70% del GLP se produce en la zona de Bahía Blanca y el 30% restante en la franja entre las refinerías de Dock Sud y Rosario. Esta logística de lo que denominamos transporte primario que es el gas a granel hasta los centros de fraccionamiento son distancias muy largas que se hace exclusivamente por camión. Cuando hay faltante de gasoil obliga a los camiones  a quedar varados o demoradas por horas o días, lo cual ralentiza la logística  y complica la reposición”, explicó.

Argentina es superavitaria en la producción de GLP. En la actualidad el país produce 2 millones y medio de tn al año de GLP y consume alrededor de 1 millón y medio. Esto deja un saldo exportable de 1 millón de tn al año.

Históricamente el país no ha sufrido faltante de GLP. El principal problema hoy, según el titular de CEGLA, está relacionado con el desfasaje en los precios (que son regulados) y la consiguiente pérdida de rentabilidad en toda la cadena del negocio que afecta a productores, distribuidores y fraccionadores.

“El precio del GLP es de 280 pesos en la plataforma de un fraccionador en cualquier lugar del país. Pero nuestro costo logístico por transportar la garrafa, al norte por ejemplo, supera los 150 pesos. A eso se le suma el costo del producto que ronda otros 151 pesos, lo cual genera una pérdida de 20 pesos por garrafa aproximadamente”, señaló.

Y enfatizó  que este es un problema de fondo que se agudizó en los últimos 4 años. “Es una falacia que la garrafa es cara. Es el energético más barato. La SE desde 2016 reconoció apenas un 20% de aumento en el precio.  A esto hay que agregarle que hay 2 millones y medio de familias  que, a través del Plan Hogar que subsidia el Estado con el ANSES, están pagando 120 pesos la garrafa”.

A nivel regional la garrafa argentina tampoco guarda relación con lo que precios en los países limítrofes. Cuesta la mitad que en Paraguay, un tercio de la brasileña y una cuarta parte de la chilena.

Cascales cargó contra la Secretaría de Energía por esta desfasaje en los precios que está frenado desde 2015. 

Y en ese sentido remarcó que la ley 26.020 obliga a la SE a actualizar los precios del gas envasado, asegurando que el precio debe reflejar los costos del sector y permitiendo una razonable rentabilidad para mantener las inversiones.

“Si los costos no cubren los costos operativos el sistema tendrá que ser reformulado en los próximos dos años, sino no aguanta con este atraso que se viene acumulando.  O se resuelve o vamos a empezar a tener problemas  de faltantes y distribución especialmente en los lugares más lejanos”, puntualizó.

En cuanto al impacto que podría tener la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner en el mercado de GLP, el representante de CEGLA, confirmó que "ese gas podría duplicar el superávit de producción que actualmente tenemos".

“De llevarse a cabo este famoso gasoducto va a generar un excedente de gas licuado que generaría un superávit de 1 millón de tn más. Parte de esta producción se puede exportar, y otra parte se puede destinar al mercado interno, como por ejemplo para las embarcaciones en la industria náutica,  para el uso automotor vehicular, y  para el flameado de malezas sin utilizar agroquímicos, entre otros", concluyò.

 

 

 

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