Cuáles son los cuellos de botella que enfrenta el fracking en Vaca Muerta

El fracking en Vaca Muerta creció un 28,9% interanual en abril. El último mes cerró con un total de 1168 etapas de fractura, que si bien es una disminución del 1,9% en comparación a marzo, muestra que la actividad se viene manteniendo a un ritmo alto desde los últimos meses.

Del informe estadístico que publicó Luciano Fucello, de la Fundación Contactos Energéticos, se desprende que los datos de las etapas de fractura revelan mucha información, en cuanto a la producción futura y de lo que puede suceder en los próximos meses cuando esos pozos se conecten. La etapa de fractura representa el 60% del costo de ese pozo, mientras que el 40% restante corresponde a tareas de perforación.

Consultado por Mejor Energía TV, Fucello se mostró optimista con el desarrollo de la actividad, aunque admitió que para este año las empresas tenían proyecciones ambiciosas de alcanzar las 1400 etapas de fractura, algo que, según su opinión, sólo podría darse tras la inauguración del Oleoducto Trasandino (OTASA) y del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner que permitirían evacuar momentáneamente mayores volúmenes de petróleo y gas natural.

"Esto permitiría liberar circunstancialmente uno de los cuellos de botella centrales que tiene el sector que es la falta de capacidad de transporte, y así poder llenar estos caños y aumentar los niveles de la actividad", destacó, aunque aclaró que ni el aporte de los 300 mil barriles de crudo de OTASA ni los 11 millones de metros cúbicos de gas del GPNK van a solucionar el problema.

Fuera de la cuestión netamente operativa, el especialista  advirtió que Vaca Muerta tiene varios obstáculos para afrontar, como los límites que impone la macroeconomía con el cepo y las restricciones a las importaciones de equipos e insumos.

"Actualmente la deuda de Nación con los importadores es de U$S 15 mil millones, esto genera una enorme incertidumbre de una industria que a nivel tecnológico se está desconectando del mundo", explicó.

Fucello reconoció que la curva de aprendizaje y de crecimiento de Vaca Muerta desde 2010 hasta hoy ha sido muy importante con saltos de eficiencia y competitividad con las empresas bombeando 20 horas por día.

Sin embargo, remarcó que en otros países como el caso de Estados Unidos donde se hacen 500 mil etapas de fracturas al año, empiezan a verse otro tipo de tecnologías de vanguardia que no están llegando a Argentina, y que permitiría acelerar el desarrollo de Vaca Muerta.

A la hora de referirse sobre el contexto regional, Fucello que "Argentina podría convertirse en el principal país exportador de gas dada la crítica situación que atraviesa hoy Bolivia, que para 2028 las estimaciones aseguran que no tendría más gas para abastecerse ni mucho menos para vender a otros mercados. Sus reservas pasaron de 65 millones de metros cúbicos a menos de 33 millones de metros cúbicos, con reservas estancadas, estatizaciones y sin descubrimientos en el corto plazo".

"Argentina puede tener un rol central como principal país exportador de gas en la región, para lo cual hoy creo que más viable y accesible que construir una planta de licuefacción,(cuya actividad carece de un marco regulatorio) el país debería aprovechar la infraestructura de gasoductos existentes y principalmente revertir el gasoducto del Norte. La opción del GNL puede tardar muchos años", contempló.