El Gobierno reflota otra traza para llevar el gas de Vaca Muerta a Brasil

La búsqueda del mercado de Brasil para monetizar el gas de Vaca Muerta es una carrera ya lanzada de varios caminos, a la cual el Gobierno nacional acaba de confirmar que analiza una nueva alternativa. Se trata de la idea de llegar al atractivo mercado del sur brasileño a través del Gasoducto Cruz del Sur, un ducto que une a la Argentina con Uruguay desde comienzos de siglo y al que debería sumarse un tramo extenso a construir hasta la ciudad de Porto Alegre.

Los avances en la construcción del gasoducto troncal Presidente Néstor Kirchner que en se encuentra en su primer etapa entre la Cuenca Neuquina y la localidad bonaerense de Tratayén, y la eventual licitación del segundo tramo hasta San Jerónimo al sur de la provincia de Santa Fe, apuran algunas negociaciones y decisiones a tomar para aprovechar esa infraestructura para la exportación a los países de la región.

En el caso de Chile ya hay infraestructura ociosa a lo largo de la Cordillera que sirve para los envíos que se vienen concretando en los últimos dos años por hasta casi 10 MMm3/día, pero hacia Brasil el camino es más complejo.

Con el objetivo en alcanzar la ciudad de Porto Alegre, capital del Estado de Rio Grande do Sul, el camino principal que se venía discutiendo con funcionarios y empresarios de ambos países era a través del Gasoducto del Mercosur, un ducto que se extiende desde Aldea Brasilera, en la Argentina, al sur de Paraná en la provincia de Entre Ríos, hasta Uruguaiana, Brasil. Operativo desde el año 2000, el gasoducto corre paralelo a la ruta nacional 127, luego cruza la frontera internacional a través de un canal subterráneo debajo del Río Uruguay a unos 15 kilómetros al sur de la ciudad correntina de Paso de los Libres y ya en el vecino país alimenta una sección de 25 kilómetros para entregar gas a la central eléctrica de Uruguaiana.

A partir de allí, esta todo por hacerse, ya que el proyecto de fines de los 90 que extendía la traza con unos 615 kilómetros de extensión hasta Porto Alegre quedó trunco.

Pero el Gobierno a través de la Secretaría de Energía y el Ministerio de Economía acaban de confirmar que también está en estudio la posibilidad de utilizar la infraestructura existente del Gasoducto Cruz del Sur, una obra que hoy tiene la participación accionaria de Shell (40%), Pan American Energy (30%), Ancap (20%) y Wintershall (10%). La construcción del gasoducto comenzó en marzo de 2001 y en noviembre de 2002 fue inaugurado por los presidentes de Uruguay y Argentina, Jorge Batlle Ibáñez y Eduardo Duhalde.

Ese ducto demandó una inversión de US$150 millones, y con una longitud de 200 kilómetros se extiende desde la localidad bonaerense de Punta Lara, en el partido de Ensenada, realiza un tramo subacuático de 55 kilómetros hasta la vecina Santa Ana en Uruguay y suma en el tramo terrestre otros 145 kilómetros, con una capacidad de 5 MMm3/día. La tubería varía en diámetro de 18 a 24 pulgadas pasando por los departamentos de Colonia, San José, Canelones y Montevideo, abasteciendo, a partir del cual abastece 18 localidades y transportando más del 95% del gas natural consumido en el país a lo largo de un sistema de 400 kilómetros de extensión total.

El gasoducto se abastece de gas natural de los yacimientos de la Cuenca Neuquina y ya desde la década del 90 está lanzada la propuesta de extender el gasoducto hasta el estado de Rio Grande do Sul en Brasil, con un ramal a construir desde la ciudad de Colonia. Se trata de una obra de 415 kilómetros de cañerías en el lado uruguayo y otros 505 kilómetros en el lado brasileño.

Alcanzar esa ciudad de alta demanda de gas para su complejo industrial, también permitiría conectarse con el ya existente gasoducto Bolivia–Brasil (GasBol), que se extiende desde Río Grande, departamento de Santa Cruz, Bolivia, hasta Canoas, estado de Rio Grande do Sul, al sureste de Brasil, y pasa por los estados brasileños de Mato Grosso do Sul, Sao Paulo, Paraná y Santa Catarina.