El futuro de la Planta Industrial de Agua Pesada

Buscan nuevos mercados para la PIAP y su producción de recursos estratégicos

La recuperación de la planta de Arroyito se enmarca en la estrategia nacional de promover proyectos claves como el del hidrógeno, energías limpias, e insumos de alta demanda global.

Buscan nuevos mercados para la PIAP y su producción de recursos estratégicos
La reactivación de la PIAP abre posibilidades para generar energías limpias y otros recursos de demanda externa
La reactivación de la PIAP abre posibilidades para generar energías limpias y otros recursos de demanda externa

El Gobierno nacional volvió a ratificar el valor estratégico que otorga a la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), no sólo para la producción de un insumo clave para las centrales nucleares argentinas sino por las posibilidades de sumarse como proyecto de energía basada en hidrógeno y otras líneas de negocios como la de los fertilizantes y el amoníaco, incluso incorporando algún tipo de fuente renovable.

La PIAP es uno de los pocos proveedores de agua pesada a nivel mundial -un insumo para los reactores nucleares argentinos de uranio natural- y el más importante por la capacidad de su planta que demandó una inversión de US$ 1.400 millones, y desde hace varios años se encuentra paralizada. La operación está a cargo de la Empresa Neuquina de Servicios Industriales (ENSI), integrada por el Estado provincial y la Comisión Nacional de Energía Atómica.

En la actualidad, la PIAP se encuentra en una etapa de acondicionamiento de una de sus líneas de producción, con el objetivo de volver a producir agua pesada en 2025.

La producción se destinará a cubrir la demanda de las tres centrales nucleares nacionales y el remanente de lo producido se destinará al mercado mundial, altamente demandante de este producto.

En ese sentido, la CNEA avanzó con Canadá en despertar el interés de aquel gobierno para la compra de agua pesada, una vez que la Argentina logre recuperar la planta, como parte del nuevo plan de negocios orientado a la provisión de clientes extranjeros que utilizan el agua pesada como insumo no sólo para centrales de tecnología de uranio natural, sino para electrónica y usos médicos.

Pero la reactivación de la producción de agua pesada en Neuquén abre, además, posibilidades para generar energías limpias y otros recursos de alta demanda externa, y en ese sentido se enmarcó la reciente reunión que mantuvieron en Arroyito la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis y la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, junto al ministro de Energía de Neuquén y director de ENSI, Alejandro Monteiro, y el gerente general de YTEC Eduardo Dvorkin.

La voluntad de todas las partes es avanzar en las posibilidades de producir energía basada en hidrógeno y otras líneas de negocios previstas en el acuerdo firmado el año pasado con la provincia de Neuquén, y que refleja la importancia estratégica de este complejo para el país.

La Argentina dispone de capacidades científicas y tecnológicas en el sector nuclear que amplían los espacios disponibles para insertarse en la transición energética y transformarla en un vector de desarrollo.

En una primera etapa del plan de reactivación, el foco está puesto en que una de las líneas pueda continuar produciendo agua pesada, no solo para la continuación del funcionamiento de las tres plantas nucleares, sino para la exportación de un bien de alto valor.

Es por eso que se considera en el Gobierno nacional que poder contar con una de las líneas ya en el proceso de puesta en marcha permite valorizar la segunda línea, que se destinará a proyectos que la Secretaría de Asuntos Estratégicos valora e impulsa.

Es decir que, junto a una empresa de investigación y desarrollo como Y-Tec se buscará encarar una planta de producción de hidrógeno, fertilizantes o de amoníaco, e incluso evaluar la posibilidad de producir esos insumos de manera verde, es decir, con algún tipo de energía renovable.

El presupuesto 2023 del Poder Ejecutivo de Neuquén incluye una partida de mil millones de pesos destinada a este plan en la PIAP, lo que también muestra la decisión política del gobierno provincial de avanzar en la puesta en marcha del complejo industrial de Arroyito.

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