Vaca Muerta crece y Chubut busca defender su actividad

La industria de los hidrocarburos reconoce una oportunidad única de desarrollo en la formación de Vaca Muerta y apunta sus mayores esfuerzos a concretar la promesa de convertir al país en un gran productor de petróleo y gas desde la Cuenca Neuquina.

Pero la paradoja del enamoramiento del no convencional es que atrae los mayores esfuerzos allí y desincentiva el resto de la producción, en particular la del Golfo de San Jorge, hasta hace no mucho principal exportador de crudo.

La disyuntiva que hace años se creía superada de “Vaca Muerta o convencionales” parece revivir con la amenaza del éxodo que prometen las empresas de servicios que pretenden migrar desde la cuenca del Golfo de San Jorge a las áreas de la cuenca Neuquina.

Las cifras de 2022 habilitan a justificar esa idea, ya que Neuquén logró desplazar a Chubut como principal exportador de petróleo, algo que no ocurría desde hace más de 15 años, y vendió por sobre los US$ 1.500 millones, mientras que la segunda logró facturar por poco más de US$ 1.000 millones.

Las políticas de incentivos centradas fuertemente en los últimos años en el no convencional están dando sus frutos a la luz de los resultados: la producción de shale oil ya representa el 42% del total nacional y creció 47,7% en los últimos doce meses, mientras que el shale gas ocupa el 54,8% de la producción total y cerró el año con un alza de 23,1% respecto de 2021.

Esas tendencias también demuestran que Vaca Muerta aún está lejos de alcanzar su pico de producción y con una racional lógica de negocio despierta el interés de las empresas en invertir en la zona.

Chubut, por el contrario, en los últimos años registra una baja exploración para buscar nuevos yacimientos y son moderados los esfuerzos por afianzar la explotación secundaria y terciaria, lo que demanda un plan de incentivos acorde a responder a ese desequilibrio, justificado por las experiencias exitosas de YPF y PAE en la región.

También es cierto que el crudo de la Cuenca del Golfo por lo general no tiene la calidad del Medanito ni del shale oil, ni viene con gas asociado o al menos no con los volúmenes que registra Vaca Muerta. Y esas desventajas por el tipo de crudo  aporta a la desigualdad porque al tener mayor calidad y mejor mejor precio, el crudo de Vaca Muerta es más fácil de ser exportado a mayor valor como producto refinable.

Por otra parte, las decisiones de incrementar la infraestructura de transporte mediante los proyectos en marcha de la primera etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, y la ampliación del sistema de Oleoducto del Valle (Oldelval) hacia el este y la rehabilitación del Oleoducto Trasandino (Otasa) hacia el oeste permite despejar el techo a la producción de las áreas concesionadas y permitirá incrementar aun más la productividad de Vaca Muerta.

En los doce meses de 2022 la producción acumulada de petróleo en la Argentina fue 13,1% superior respecto al año anterior, período en que la Cuenca Neuquina creció anualmente con una tasa de 26,5% mientras que la del Golfo de San Jorge presentó una disminución del 1% interanual.

Esta realidad tempranamente advertida por las empresas de servicios especiales -en particular multinacionales que ofrecen tareas de completación y fractura de pozos- encendió las alarmas en Chubut por aquellas que quieren dejar sus bases en el Golfo para atender el llamado del no convencional.

Esta preocupación es compartida no sólo por el estado provincial y los municipios chubutenses, sino por las operadoras y los gremios petroleros que temen en el corto plazo por la caída de inversiones, equipos y empleos.

La gestión de la crisis en Chubut anticipa el trabajo a nivel nacional para lograr incentivos a los yacimientos convencionales, sector que en la provincia tiene previstas para este año inversiones por unos US$ 1.300 millones, varias veces menos que los casi US$ 7.000 millones comprometidos en  la vecina Neuquén.

Así, se buscará avanzar una ley que asegure la permanencia de las empresas en la provincia con un esquema de “Compre Local” que incluiría beneficios como también la generación de incentivos en regalías para las nuevas inversiones.

También se anticipa el trabajo de la provincia con el Gobierno nacional sobre los derechos de importación que tienen los polímeros para seguir potenciando la operación terciaria que en gran parte ha aportado para que se obtengan récords de producción en yacimientos emblemáticos como el centenario Manantiales Behr que opera YPF.

Y finalmente, se buscará plantear el tema de los incentivos adecuados al convencional en el debate de la nueva Ley de Hidrocarburos a nivel Nacional que se retomará este año con los planteos que ya anticiparon las provincias productoras.

En definitiva, en la Cuenca del Golfo el desafío hoy es buscar creativamente alternativas para mantener la producción, los puestos de trabajo y sobre todo las inversiones.