La oposición negocia un frente con Vaca Muerta en plena aceleración

“Tenemos 60 años en los que demostramos que somos implacables a la hora de no querer ganar. Nadie puede decir lo contrario”. Es una de las frases de la última semana en la política neuquina. La dijo Marcelo Bermúdez, referente del PRO en la provincia de Neuquén, actual concejal de Neuquén y ex funcionario de Horacio Quiroga, el radical que lideró la oposición hasta su muerte hace tres años.

Bermúdez habló de crear un frente lo suficientemente amplio como para poder torcer parte de la historia. Se sabe: el MPN está ultra lanzado desde hace al menos siete meses. Y uno de los dilemas centrales es saber el rango de acuerdos al que podría arribar todo el espectro opositor, incluido Rolando Figueroa, el diputado nacional que acaba de salirse de la estructura del partido provincial, que ya proclamó como su candidato a Marcos Koopmann, actual vicegobernador, emergente del sector azul del MPN liderado por Jorge Sapag y Omar Gutiérrez.

“Para ganar hay que ampliar. El PRO, más la UCR y el ARI no van a ganarle al MPN. Si queremos ganar hay que ampliar; y ampliar es correr riesgos, quizás dejar el lugar de uno para que venga otro. Y quizás venga de otro lado y quizás venga de otra historia”, sentenció Bermúdez en una entrevista con AM550. Sostuvo que es el debate de estos días en Juntos por el Cambio en Neuquén, con sectores que se oponen y otros que acuerdan con respaldar al referente de otro partido ante una hipotética construcción de todo el arco opositor.

La semana pasada, Pablo Cervi (UCR), el diputado nacional y ya lanzado como candidato a gobernador por este espacio, dijo a este medio que una opción como la anterior debería definirse, llegado el caso, en una elección interna.

La de Bermúdez es una más de las expresiones que esta semana apuntaron en el sentido de ese tipo de frente, un escenario de coalición que debería ir a contramano de la grieta nacional, acercando en Neuquén posturas de sectores políticos antagónicos hasta el paroxismo en Buenos Aires. 

El ex secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, fue otro de los que también habló con AM550 sobre una posible acuerdo. Respecto de las candidaturas del PJ para la Gobernación, afirmó que en su caso particular estará “donde la militancia lo crea conveniente”. Consideró necesario “repensar la provincia con un producto interno mas diversificado”. También ponderó la “comisión de acción política del PJ que se está reuniendo con las demás fuerzas políticas, no solo las del Frente de Todos, sino también con las demás fuerzas políticas que se animan a plantearle esto al electorado”. 

Señaló que en función de esta serie de diálogos se definiría qué opción de “frente electoral y con quiénes” se puede dar, “una vez que estén en claro la fecha” de la elección provincial.

¿Puede ser Figueroa parte de ese acuerdo? “Yo creo que todos con los que se pueda construir una mejor provincia y nos plantee un futuro mejor para todos los neuquinos, pueden ser parte, nuestra comisión de acción política se va a sentar a hablar con ellos. No se han puesto bordes ni límites”, sostuvo ante una pregunta Martínez.

La llegada de los primeros caños del gasoducto

Si bien el gobierno nacional había planteado la chance de comenzar con el gasoducto Néstor Kirchner en el inicio del año, lo cierto es que recién nueve meses después comienza a moverse el entramado logístico para la traza entre Tratayén y Salliqueló. Tal como lo informó ENARSA, ayer empezó el traslado de los primeros caños a las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires, en diversos puntos de acopio que permitirán realizar esta obra en varios frentes y de este modo acortar los tiempos en la construcción. 

La meta de llegar a junio del 2023 con el gasoducto finalizado implica un desafío mayúsculo. El plazo en el que finalmente se tendrá una lectura política, en un momento en el que comenzará a redefinirse la sucesión presidencial. Como sea, la obra permitirá recorrer el camino de una baja en la demanda de gas natural licuado (GNL) que requerirá el país en los próximos años, a partir de la mayor producción de gas de Vaca Muerta.

Si bien es una clave del abastecimiento interno, con la traza complementaria del sistema Transport.ar, podría significar un primer capítulo en ese plan mayor de la futura expansión del shale gas argentino, con sus escalas regionales hacia Chile y Brasil-Bolivia, al margen del salto de magnitud en el más largo plazo: la planta de licuefacción tras el acuerdo de YPF y Petronas. 

Por ahora el crudo pudo seguir creciendo

Neuquén alcanzó a los 291.672 barriles diarios en promedio en septiembre. Es la mejor marca en 23 años. Ahora ocurre de otro modo: el paradigma shale implica que el 88% de esa producción llega de los plays ubicados en cercanías de Añelo, los campos productores de Vaca Muerta. Los viejos yacimientos de Neuquén, aquellos de los 100 años previos que caracterizaron la era convencional, representan la porción restante. Algunos de esos campos indagan su aptitud para reconvertirse, mientras un puñado de petroleras impulsa la recuperación secundaria y terciaria para extender la vida productiva de esos viejos bloques de la Cuenca Neuquina.

El caso de El Trapial, con Chevron yendo a Vaca Muerta es parte de esa búsqueda en la que las productoras tratan de aprovechar la infraestructura de antaño para bombear ese crudo que tiene que abrirse paso al mundo. Dos de cada diez barriles siguen saliendo al exterior. Esa producción marca el camino de lo que podría ser una expansión de los próximos años, al menos hasta el salto definitivo hacia el gas, en plena transición energética y con buena parte del mundo consumiendo cada vez más GNL.

La ampliación del oleoducto de Oldelval en marcha será fundamental para sostener el desempeño creciente de los volúmenes de shale oil de la Cuenca Neuquina en el corto y mediano plazo. También esa vía hacia el otro lado de la cordillera, el Oleoducto Trasandino del Sur, que permitirá abastecer a Chile y ver qué chances tiene el crudo de Vaca Muerta explorando puertos del Pacífico. Ahí hay un piso de producción necesaria: son 50 mil barriles adicionales que requiere ese oleoducto para entrar en funcionamiento, parte de los 100.000 diarios que podría canalizar si se utiliza en su máximo.