Cómo queda el esquema de incentivos al gas en Argentina

El Plan Gas.Ar le rindió sus frutos al Gobierno nacional desde su lanzamiento a finales de 2020 y fue el driver principal a partir del cual la industria logró revertir la curva decreciente de producción y marcar una senda ascendente sólo limitada por la falta de infraestructura de transporte. Así la producción nacional superó los 133 millones de m3 por día para los meses pico de demanda y a la vez dejó un margen para la exportación a Chile.

Ahora, el ministro de Economía Sergio Massa al mando de la gestión energética decidió continuar el esquema de incentivo a través de los llamados Plan Gas IV y Plan Gas V de Sustentabilidad Energética. El primero de ellos permitirá a las empresas productoras de forma voluntaria la extensión de los contratos ya firmados y en ejecución con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) y que vencen en 2024, por un nuevo período de cuatro años hasta 2028, para todas las cuencas hidrocarburíferas del país.

Se trata del bloque de 70 millones de metros cúbicos iniciales licitados a partir de 2021 y los que las compañías sumaron en sus dos reediciones que conformaron los denominados Plan I, II y III. Para esta nueva instancia que regirá entre enero de 2025 y diciembre de 2028, el Plan IV tendrá un ajuste de precio estacional y adicionalmente se incrementará anualmente según un índice de 0,97 para 2023; 1,02 para 2024; 1,07 para 2025; 1,12 para 2026; 1,17 para 2027 y 1,22 para 2028. Como la adhesión al programa es voluntaria, los volúmenes del Plan Gas IV que los productores no extiendan se licitarán nuevamente.

En cuanto al Plan Gas V, de acuerdo a lo anunciado por el Gobierno, se prevé la licitación de los 11 millones de m3 día que deberán estar disponibles para junio y julio del 2023, por un plazo de cuatro años hasta diciembre de 2028, es decir para asegurar el abastecimiento cuando se prevé finalicen las obras del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, en su primer tramo entre Tratayén - en Neuquén, y Saliqueló - Buenos Aires, que tiene fecha de entrega el 20 de junio próximo. También se prevé una segunda etapa, aún no anunciada, por otros 11 MMm3/d para el período entre enero 2024 y diciembre de 2028.

Por lo que se planteó hasta el momento en el diseño de la nueva convocatoria, el precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) surgirá de la concurrencia en el mercado, en un marco de libre competencia. En ese punto se destacó el llamado de Massa a las petroleras, al expresar la expectativa de que “a lo largo de estas semanas las ofertas estén acordes con las capacidades y posibilidades del gobierno para que los argentinos paguen la energía más barata del  mundo, mirando a largo plazo y sin especulación del sector empresario”.

El gobierno destaca en este contexto global de crisis energética de volúmenes y precios, que el desarrollo del nuevo plan permitirá para el año próximo alcanzar un autoabastecimiento del 90% de su demanda de gas. Pero a la vez, ese logro tendrá un impacto fiscal, ya que se estima que dejar de importar gas y producirlo representa en términos de ahorro por importaciones de energía hasta 2028 unos US$ 19.000 millones, de los cuales en 2023 sumarán US$ 3.200 millones.

A la vez, significará US$ 28.900 millones de ahorro en divisas hasta 2028 en todo el sector energético y US$ 4.800 millones en 2023, en tanto que se esperan inversiones por US$ 7.000 millones para los próximos seis años y unos US$ 1.200 millones en 2023 con la creación de 10 mil puestos de trabajo hasta final del período propuesto.

Los detalles de la nueva convocatoria ya habían sido anticipados a los directivos de las principales productoras que operan en Vaca Muerta y a los gobernadores de las provincias productoras, semanas atrás cuando el ministro anunció en Neuquén una serie de medidas de incentivo para el sector hidrocarburífero que desde entonces vienen tomando forma.

Así, el plan contempla la extensión del esquema actual para dar previsibilidad a los productores, permite la internalización de eficiencias productivas mediante mejora del precio tope, y reconoce precios diferenciales por cuenca compensando heterogeneidad. A la vez mejora en las condiciones para el otorgamiento de prioridades de exportación y genera previsibilidad para el llenado del Gasoducto Néstor Kirchner y sus futuras ampliaciones.