Vaca Muerta, entre la apuesta al gas y la interna del MPN

El MPN hizo otra demostración de fuerza, en esa suerte de novela por entregas que tiene como uno de sus pasos finales la oficialización de la fecha de su interna de gobernador y vice. El partido prefirió continuar con la incógnita. Pero volvió a convocar a miles de simpatizantes, integrantes de su planta política, y a su militancia para la asunción del gobernador Omar Gutiérrez como presidente del partido por otros cuatro años. También Jorge Sapag refrendó su liderazgo, convirtiéndose como el nuevo titular Convención partidaria, luego de las elecciones del mes pasado en las que no hubo contrincante para el oficialismo.

Todavía no está clara la fecha de la madre de todas las batallas, la elección interna de candidatos a gobernador y vice. El único postulante declarado, el vicegobernador Marcos Koopmann, emergente del oficialismo provincial, dijo como novedad que en “pocos días” dará a conocer quién será su compañero/ra de fórmula.

En los últimos 15 días el frente interno subió sus decibeles, según se aproxima la etapa de definiciones. Una línea interna del MPN, el MAPO, vinculada al principal contendiente del oficialismo, Rolando Figueroa, emitió un duro documento cuestionando al sector azul y el gobierno provincial luego de que trascendiera una estafa por más de 120 millones de pesos con planes sociales al Banco de la Provincia de Neuquén (BPN). Las cámaras de seguridad captan a personas bajándose de vehículos portando tarjetas de beneficiarios para luego vaciar sus cuentas. Esta estafa tiene entre sus protagonistas a personal de la planta política del ministerio de Desarrollo Social y Trabajo, el actual ojo de la tormenta en la gestión provincial.

Al margen de este escándalo de proporciones, lo cierto es que del otro lado de la vereda todavía no hay un candidato declarado, si bien se espera que Figueroa dé a conocer que será de la partida en las elecciones que podrían ser en el primer tramo de noviembre.

Al mismo tiempo, a unos 8000 mil kilómetros de distancia, en Houston, el hoy socio estratégico del MPN, Sergio Massa, adelantaba el lanzamiento de un nuevo plan estímulo a la producción de gas, el Plan Gas 5, y la continuidad del vigente, para garantizar el abastecimiento interno de los próximos años en medio de la debacle del suministro en el mundo y el llenado del gasoducto Néstor Kirchner una vez que esté culminado, en el mejor de los casos, el año próximo. 

No estaba solo en esa reunión junto a parte del establishment petrolero de Houston. Junto a él estuvo Pablo González, presidente de YPF y Alejandro Monteiro, ministro de Energía y Recursos Naturales de la provincia, una presencia que dice al menos dos cosas: por un lado, el importante respaldo de Neuquén, el interlocutor que más conocen esas empresas en Argentina, a las gestiones de un ministro que busca encarrilar la economía con un eje prioritario en el futuro de corto y mediano plazo de Vaca Muerta. 

Y al mismo tiempo, y para las lecturas dentro de la provincia, el viaje de Monteiro indica la importancia del acto partidario reseñado más arriba, que absorbió la atención del gobernador y el asesor estrella de Massa, Sapag, quienes asumían ayer en sus nuevas funciones partidarias.

Por ahora el tándem Massa-MPN, al que parece sumarse YPF, parece hablar el mismo idioma. El punto inicial fue la AOG2022 de Neuquén. En primer lugar, el partido de gobierno y el ministro acordaron un plan de expansión de la producción con una puesta en escena sin precedentes en la provincia. El contexto mundial hace lo suyo y parece marcar un camino de aceleración de posibilidades. De inmediato llegó una profundización de esa primera mirada: YPF y Petronas acordaron empezar a transitar en conjunto el camino de convertir a Vaca Muerta en exportadora de GNL. 

Hasta entonces, la escala era regional: triplicar la producción de crudo y duplicar la de gas, para dar respuesta a la demanda interna, equilibrar la balanza comercial energética pesadillesca de Argentina, y salir con más excedentes a los mercados de la región (Chile y Brasil) que cada día que pasa parecen mirar con más claridad el tenor de los recursos neuquinos.

Hay cifras estrafalarias e inéditas: los 10 mil millones de dólares en cinco años (40.000 en una década) que podrían implicar los primeros pasos del plan del GNL, dentro de los cuales se incluye la construcción de un gasoducto solo para exportaciones, supondrían un cambio de condiciones nunca visto. Imponen otra magnitud a la mirada de lo que hasta ahora se conoció en el mundo shale de Neuquén.

Es verdad, siempre está el factor autóctono: Una forma de medir las chances es la siguiente: ¿qué pesará más en los próximos años, el grado de incertidumbre económica y política en Argentina o la crisis mundial de abastecimiento de gas?

Algo en esa dirección: Massa anunció una nueva ley para las inversiones del sector petrolero, en la que muchos ven una oportunidad para establecer una hoja de ruta para la salida de los dólares de las multinacionales, que, ante la pregunta de cuánto estarían dispuestas a invertir en el shale argentino, a continuación replican preguntando por las condiciones de acceso al mercado libre de cambios. Lo posible y diferente en este caso es la apertura eventual del frente exportador y las condiciones del mundo. Lo que podría marcar una ruta de ingreso de dólares por exportación que al mismo tiempo permitan descomprimir el acceso a dólares, sobre todo para sectores productivos.

“Queremos que la industria se sienta protagonista y que sepan que los principios de estabilidad jurídica y reglas claras se van a cumplir”, dijo Massa ayer en el encuentro con los líderes de estas empresas en el Instituto Baker de la Universidad de Rice, en Houston. Y agregó: “El sector energético es clave para la estrategia argentina”.