El efecto de la sequía en el campo
Por la mala campaña, el agro consumirá 21% menos de gasoil
Una nueva crisis del combustible clave para la actividad agrícola y el transporte, que el año pasado llevó a una situación de desabastecimiento para esta misma época.
La cadena granaria en la campaña 2023 consumirá un estimado de gasoil por 1.734 millones de dólares a partir de una demanda de 1.651 millones de litros por las actividades de producción y transporte de granos, seriamente mermadas por las consecuencias de la histórica sequía. Esto significa que el campo en la síntesis de los distintos tramos de su cadena de valor requerirá un volumen 21% inferior al del ciclo previo, según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Este análisis estima el consumo de gasoil en todas estas actividades, excluyendo su uso en los procesos de industrialización de los cultivos, y toma relevancia debido a que el sector agrícola argentino desempeña un papel fundamental en el consumo de gasoil en el país. Se trata de un combustible esencial para impulsar la maquinaria agrícola utilizada en diversas labores como la siembra, fertilización y cosecha. Por otra parte, también se utiliza para camiones y ferrocarriles que trasladan los granos hacia plantas procesadoras, acopios y puertos.
En consecuencia, la producción agrícola ejerce una influencia significativa en el consumo de hidrocarburos en Argentina, tal como quedó demostrado hace exactamente un año cuando el país atravesaba una de las mejores cosechas de su historia y generó con sus picos de demanda una situación de desabastecimiento en casi todas las provincias. Por entonces, el quiebre de stock en los puntos de suministro mayorista y en las estaciones de servicio requirió la intervención del Estado para normalizar la situación a lo largo de varios meses.
Argentina importa cerca del 20% del gasoil que consume en el promedio del año, y en 2022 mientras las refinerías alcanzaron por entonces el 100% de su capacidad para hacer frente a la demanda, el Gobierno con las petroleras acordaron medidas paliativas como el desincentivo por precio y el fuerte incremento de las importaciones para mejorar el abastecimiento.
Pero la situación agrícola este año es sustancialmente distinta, y así se refleja en el trabajo de la Bolsa de Comercio que para obtener el volumen de combustible líquido utilizado en el proceso productivo relevó los datos de área sembrada de soja, maíz, trigo, avena, girasol, cebada, sorgo, maní, centeno, arroz, entre otros como el alpiste, mijo, cártamo, colza y lino. Las fuentes consultadas en esta instancia fueron la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP), tras lo cual se realizaron cálculos concernientes a la utilización de gasoil diferenciando por tipo de actividad.
De esta manera, se estimó el total de gasoil consumido en el proceso productivo para cada uno de los granos mencionados, lo cual se subdivide en las labores de siembra, cosecha, laboreo, movimientos internos y transporte de insumos. Así, el consumo de gasoil en el proceso productivo para la campaña 2022/23 se ubicó en 935 millones de litros, aproximadamente un 1% por debajo del consumo del ciclo 2021/22, resultado de una leve disminución en la superficie sembrada total.
Pero en segundo lugar, se procedió a estimar el consumo de gasoil en el transporte de los principales cereales y oleaginosas hacia acopios, puertos y fábricas, para lo cual se tomó como referencia que en el ciclo 2022/23 se producirían 81 Mt de granos, de los cuales 75 Mt serían transportados hacia plantas, acopios y puertos, de los cuales 9 Mt se trasladarían en ferrocarriles, y 66 Mt. se movilizarían en camiones.
Del modelo en que se aplica una relación entre las distancias y el consumo promedio de gasoil se llegó a la estimación de que el transporte de granos consumiría en la campaña 2022/2023 unos 724 millones de litros de gasoil. El 96% de dicho consumo sería realizado por camiones, mientras que el 4% restante se haría mediante el transporte ferroviario. Por la merma productiva, si se compara con el ciclo 2021/22, este tipo de consumo sería un 37% inferior.
Si se suma el gasoil utilizado durante el proceso de producción de granos con el consumo realizado en el transporte hacia acopios, fábricas y terminales portuarias, puede estimarse, en conclusión, que en la campaña comercial 2022/23 la cadena granaria realizaría un consumo total de 1.651 millones de litros de gasoil. En relación con el ciclo 2021/22, esta cantidad sería un 21% menor, lo que se explica principalmente por el recorte productivo.
A diferencia de otras campañas, en donde el consumo predominante se realizaba en la etapa de transporte de granos, como resultado de los bajos rindes causados por las condiciones secas, en la 2022/23 el grueso del consumo de gasoil (57%) habría ocurrido durante la fase de producción de granos, mientras que sólo el 43% se utilizaría para transportar los granos resultantes hacia sus destinos productivos y comerciales.
En otro aparte del trabajo de la Bolsa de Comercio, se toma como referencia un promedio de la cotización del gasoil común en las localidades de Armstrong, Marcos Juárez, Casilda y Venado Tuerto de $244,7 por litro, y la punta compradora del dólar mayorista del Banco Nación de U$S 230,3, ambas hacia fines de mayo, y se computa un costo de U$S 1,1 por litro de gasoil, que se supone aplicable a toda la campaña comercial. Con estas cotizaciones, se concluyó que en la campaña 2022/23, la cadena granaria habría consumido gasoil por un valor de U$S 1.734 millones.
Este año, tan sólo en soja, la previsión de cosecha se redujo a 21 millones de toneladas a nivel nacional por los malos rendimientos. Una caída de 53% con respecto a la producción promedio de las últimas cinco campañas. La inquietud es cómo reaccionará la disponibilidad de gasoil en la campaña 2023/24 cuando comience la recuperación del campo, clima mediante.