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Por qué el HVO es el combustible del futuro que amenaza las exportaciones argentinas

El HVO ya se consume más que el biodiesel en los Estados Unidos, donde se sigue ampliando la capacidad de crush de soja para utilizar el aceite, lo que abre una gran competencia para la harina de soja que exporta la Argentina.    

Por qué el HVO es el combustible del futuro que amenaza las exportaciones argentinas
El HVO de origen renovable presenta una gran potencialidad para la exportación  
El HVO de origen renovable presenta una gran potencialidad para la exportación  

El mundo va dejando atrás las energías fósiles para ir hacia productos más sustentables, y en ese camino irrumpe el aceite vegetal hidrotratado o HVO (Hydrotreated Vegetable Oil en inglés), el diésel renovable que se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno como catalizador y cuya materia prima es cualquier tipo de aceite vegetal.

El resultado de esto es un biocombustible de origen renovable que puede contaminar hasta un 90% menos que el diésel fósil tradicional y en consecuencia emitir menos gases de efecto invernadero y partículas.

De acuerdo con datos presentados por ACSOJA, el HVO puede ser producido en destilerías similares a las del petróleo, y una de las características más destacadas de este combustible es la ausencia de corte ya que de ser necesario se puede usar prácticamente al 100% sin necesidad de cambiar los motores.

Esta posibilidad de sustitución tendría no sólo impacto en el mercado de hidrocarburos presionando precios que tenderían a la baja y conduciría a una merma del consumo, sino que en el mercado de la soja impulsaría un mayor incremento de la producción y su destino a la industrialización.

En el comercio internacional en general y en el argentino en particular, el sobrante de la molienda será la harina de soja, el gran producto de exportación de la Argentina.  

En este marco, en Estados Unidos se están realizando importantes adaptaciones de grandes refinerías de petróleo para convertirlas en plantas de elaboración de HVO, mayormente con aceite de soja. Esto se realiza con el amparo de una serie de subsidios importantes, donde destacan los llamados RIN (Renewable Identification Numbers), que permitieron reducir el precio de venta al consumo debido a su alto costo de elaboración.

Estos subsidios afectan favorablemente el precio final del HVO, haciéndolo competitivo con el diésel fósil, y con este contexto, la producción en  Estados Unidos creció más del 80% en el 2022.

Tomando el promedio de consumo de los últimos cinco años, el 2022 cerró con un volumen de consumo de HVO estimado entre las 5 y 6 Mt, con potencialidad de llegar a 9 Mt este 2023 y cerca de 12 Mt en 2024. Para tomar dimensión de este notable crecimiento, en términos de consumo, de enero a septiembre del año pasado se consumió un 7% más de HVO que biodiesel.

Al ritmo del alza de demanda del también llamado combustible del futuro se viene generando una ampliación de plantas de crushing y construcción de nuevas plantas en Estados Unidos y Canadá.  

Sin embargo, del procesamiento del poroto de soja se obtienen dos productos al mismo tiempo: el aceite y la harina de soja. Esta alza de la capacidad de procesamiento para abastecer al HVO de aceite de soja generará -como resultado adicional del proceso- una oferta extra de harina proteica de soja (cerca del 80% del tonelaje del poroto procesado), que entraría a competir con un producto del cual el país es el tercer productor mundial y el primer exportador.

No conforme con ello, la potencial sobreoferta deprimiría los precios de los pellets de soja, debilitando la ya de por sí la compleja situación de las cuentas externas nacionales.

De cara a los próximos cinco años se estima que la producción de harina de soja en Estados Unidos podría crecer en más de 11 Mt, y sus exportaciones más de 6,4 Mt, en un mercado mundial que podría no ampliar su demanda en la misma magnitud.

Mientras persista este programa de subsidios con fines medioambientales y unos robustos márgenes de procesamiento, se espera que continúe la dinámica de crecimiento productivo.

Más aún, la preferencia por parte de China de importar poroto y no subproductos del complejo sojero limitan aún más las potencialidades exportadoras en una búsqueda de mercados para colocar la harina de soja.

Dentro de este panorama, exportar aceite de soja argentino a Estados Unidos, sería una oportunidad, pero las condiciones paraarancelarias que mantiene el país del norte no lo permiten, ya que el aceite de soja importado no califica para los subsidios estadounidenses.

 

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