Cuál es el plan de la CNEA y Neuquén para la PIAP

La reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) es un objetivo próximo a cumplirse. En pleno funcionamiento trabajaban más de 400 empleados. En 2017 esa cifra bajó a 106. Y hoy tiene 96 operarios. La idea es incorporar 160 personas en una primera etapa.

Así lo explicó Adriana Serquis, Presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), quien ratificó que "la prioridad hoy está puesta en poner en funcionamiento la planta para la producción de agua pesada destinada al sector nuclear, lo cual implica un plan de no menos de 25 meses para entrenar y capacitar al personal".

Una sola línea de la planta es capaz de producir 80 toneladas al año. No obstante, la titular de la CNEA, aseguró que "entre los planes futuros se prevé la utilización de una segunda línea para la producción de urea, fertilizantes y amoníacos".

Como paso intermedio también figura, entre los objetivos de mediano plazo, alimentar a la planta con otro tipo de energías renovables y producir amoníaco verde, un proyecto en el que vienen trabajando junto a Y-TEC, el brazo tecnológico y científico de YPF.

"Se había formado un convenio tripartito entre Y-TEC, ENSI y la CNEA para comenzar a explorar la posibilidad de diseñar un plan de negocios para una segunda línea", comentó.

Y aclaró que "la ida es avanzar en este sentido durante los primeros meses del año que viene", aunque señaló que "el financiamiento será más viable a partir de la puesta en marcha de la PIAP".

La mirada de Serquis sobre los desafíos de la industria nuclear en Argentina es optimista."Es el único sector estratégico en el mundo capaz de dar respuestas necesarias para poder reconvertir las matrices energéticas de muchos países. En nuestro país cubre el 7% de la matriz energética y pensamos que para 2050 deberíamos aumentar considerablemente esta participación", apuntó.

Entre los proyectos en los que se viene trabajando, Serquis se refirió al desarrollo de Carem, el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en la Argentina, perfilándose a su vez como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia

Esta primera versión de los reactores tipo CAREM será capaz de generar 32 megavatios eléctricos, y se destaca por un riguroso estándar de seguridad aplicado desde el diseño, obtenido mediante soluciones de alta ingeniería que simplifican su construcción, operación y mantenimiento.

En paralelo al desarrollo del prototipo, la CNEA avanza en el diseño conceptual del que será el módulo comercial del CAREM, el cual tendrá una potencia mayor (de entre 100 y 120 MW), y sería la base de una central multi-reactor que permitirá alcanzar costos muy competitivos para el mercado internacional.

"Somos pioneros en este tipo de proyectos en el mundo y apostamos a terminarlos en un plazo de dos o tres años para satisfacer la demanda interna y eventualmente apuntar a la exportación", concluyó.