El frente externo y los proyectos

El inicio de la nueva era del cobre se instala en la agenda minera nacional

En un contexto de endeudamiento, contar con un sector que aporte dólares al país toma relevancia. Desde las direcciones de Promoción y Economía Minera de la Nación destacan el potencial impacto positivo de los proyectos de cobre en la economía.

El inicio de la nueva era del cobre se instala en la agenda minera nacional

Argentina tiene el mayor porfolio de proyectos cupríferos a nivel mundial: son siete los pórfidos de cobre avanzados, pero sin desarrollar, lo que implica un escenario potencial que no se encuentra en ningún otro lugar actualmente. 

Cinco de esos pórfidos se concentran en el territorio de la provincia de San Juan: Josemaría, El Pachón, Los Azules, Altar y Filo del Sol. La lista la completan Agua Rica, en Catamarca y Taca Taca, en Salta. Este último está posicionado en rankings mundiales como uno de los diez proyectos más grandes según sus recursos. 

De acuerdo con el director de Promoción y Economía Minera de la Secretaría de Minería de la Nación, Nadav Rajzman, de los siete cuatro tienen alta posibilidad de ocurrencia: Josemaría, que es el más avanzado, Taca Taca, que estiman que se haga el anuncio de su inversión muy pronto, el Proyecto Integrado Minera Agua Rica - Alumbrera (MARA), que esta en etapa de estudio de su factibilidad, y Pachón, que tiene algunas dificultades pero desde la Secretaría ven posible que se solucionen.

“Todos los proyectos de cobre argentino son´de clase mundial´, así se los denomina. Quiere decir que son proyectos de gran escala, que requieren una inversión de capital entre 3000 y 4000 millones de dólares solo para su construcción -proceso que puede demorar entre 3 y 4 años hasta comenzar a producir-, y en general representan operaciones que se extienden por más de 25 años”, describe Rajzman. 

Este escenario se acompaña con un contexto mundial favorable para el mineral rojo, que es de los más demandados a nivel global y las perspectivas para el mediano y largo plazo indican que la demanda va a seguir en aumento, de la mano de la transición hacia la electrificación de transporte y las energías renovables.

Según Jorge González, directo de Economía Minera de la Secretaría de Minería de la Nación, el primer impacto de estos proyectos en la economía va a ser local: la etapa de construcción coincide con la de mayor contratación mano de obra que tiene un proyecto minero. “Ese impacto se ve al instante, en la zona en donde se asienta y a nivel provincial. Para que tenga un impacto en la economía nacional, necesitamos que empiece a producir y exportar para que entren divisas al país, aunque también ya entran divisas al país cuando ingresa la inversión por el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y se pesifica”, detalla González. 

En un contexto de endeudamiento, la posibilidad de contar con un sector que aporte dólares a la economía toma relevancia. Lo que se pudo constatar desde ambas direcciones de la Secretaría que conduce María Fernanda Ávila -bajo la órbita del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas-, es que la minería siempre fue superavitaria. 

En palabras de Rajzman, todos los meses, desde 2003 a la fecha, la minería aportó dólares al país. “No solamente no necesitó dólares de la economía argentina, sino que le aportó dólares para evitar las restricciones, para evitar pedir deuda. Y eso lo pudimos confirmar con los balances del Banco Central. Nadie había puesto el foco en eso, en comunicar ese dato”, remarca. 

Así las cosas, el proyecto Josemaría podría iniciar su fase de producción para finales de 2025 o para 2026, de acuerdo a los cálculos de los representantes de la compañía Josemaría Resources. Hace ya un año que se presentó el último informe general del Informe de Impacto Ambiental (IIA) y ya tiene hecha la factibilidad. En este momento, continua el proceso de evaluación del IIA, a la espera de la Declaración de Impacto Ambiental, que es otorgada por la Autoridad Minera de la provincia. 

En ese proceso, intervienen 14 organismos entre nacionales y provinciales y, una vez que se apruebe el Informe, empieza un primer período de solicitud de permisos sectoriales, que podría demandar un año más de trámites. En paralelo, se puede dar comienzo a las actividades tempranas de construcción, pero todo depende del otorgamiento de esos permisos. 

La inversión estimada para la fase de construcción de la mina, que demandará unos tres años de trabajo, asciende a 3090 millones de dólares. Según la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, con Josemaría se prevé que se requerirán unos 4.000 puestos de trabajo en la construcción y unos 1.000 en la operación, que se extenderá al menos por 19 años. 

Para Rajzman, Argentina hasta ahora no ha aprovechado su potencial minero. “En cobre, fuimos uno de los países productores durante casi 20 años con Alumbrera, que hoy está en mantenimiento, pero ya no produce. La única mina de cobre que tuvimos. Ese proyecto, que está en Catamarca y atraviesa su proceso de cierre, tiene posibilidades de continuidad, pero como mina subterranea”, resume el director. 

Otra oportunidad más concreta para revalorizar Alumbrera es la estrategia de empalme con el nuevo emprendimiento Agua Rica, que encabeza la canadiense Yamana Gold. De esa integración surge el nombre Proyecto Mara y no solamente implica un ahorro importante de costos y tiempos de construcción, sino que además reduce el impacto y extiende la vida útil de las instalaciones industriales que de otro modo serían pasivos ambientales. 

De acuerdo a información de la Secretaría, sólo el proyecto Agua Rica va a tener un balance de divisas favorable al país de 854 millones de dólares al año. Esto significaría de mínima 21.000 millones de dólares de balance neto de divisas en sus 25 años de vida útil.

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