Economistas debatieron sobre el rol de Vaca Muerta en la macroeconomía

Convocados por el Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, un grupo de economistas analizaron las condiciones para alcanzar un proceso de inversiones sostenible en el sector energético argentino, que permita afianzar el incremento de la producción de Vaca Muerta para poder incrementar el nivel de exportaciones y obtener recursos para equilibrar la economía.

Sebastián Menescaldi, economista de EcoGo, aseguró que "el desarrollo de la industria energética hoy está supeditado a cinco cuestiones clave: apertura de capital, precios relativos adecuados, un sector fiscal equilibrado, un esquema regulatorio e institucional fortalecido y desarrollo de infraestructura".

"Hoy tenemos un gran activo que tenemos que poner en valor lo antes posible que es Vaca Muerta que nos va a proveer gas por 200 años y petróleo por 100 años. El mayor desafío es superar el autoabastecimiento energético", remarcó durante un seminario organizado por el Instituto Mosconi.

Y apuntó que "es necesario el desarrollo energético para fortalecer la macro", y destacó la apreciación del tipo de cambio real como elemento clave para el crecimiento del sector petrolero "tal como ocurrió en los años 60 y 90".

Ricardo Carciofi, investigador principal del Programa de Desarrollo Económico de CIPPEC, coincidió con Menescaldi, aunque se refirió a los factores económicos propios y no ajenos de la economía local que hoy estarían limitando el proceso de inversiones.

Sostuvo que "el principal problema en el sector externo es la generación de divisas y la falta de dólares, y a nivel interno el otro gran tema es el desequilibrio fiscal y el gasto público".

"Aquí es donde debemos ubicar la problemática energética: entre el saneamiento externo y fiscal", aseveró.

Para Fernando Navajas, economista de FIEL, el interrogante es cómo el sector energético puede hacer para que la macro sea estable, aunque también consideró que el rol de Vaca Muerta es determinante.

En ese sentido, planteó la necesidad de implementar una serie de reformas estructurales que incluyan una nueva arquitectura regulatoria, un nuevo esquema impositivo, tarifario y de subsidios, la libre disponibilidad de divisas y la fusión de los entes reguladores de gas y electricidad.

"Estas condiciones son fundamentales para atraer al inversor privado. De lo contrario, lo único que haremos es subsistir con una legalidad nominal que es complemente falsa con mayor intervencionismo que altera el normal funcionamiento del sector", finalizó.